Champán y lágrimas

El grupo Hortzmuga ofrece ahora 'Al fin del camino', un cabaret en autocaravana (¿?) que contrasta dos mundos: el de la Drag Queen Divina Pedrea que aspira a que la contraten 'los Javis' para triunfar a lo grande; y el del padre de Divina, combativo extrabajador del mismísimo astillero Euskalduna, paciente de alzheimer en una residencia. Hace tiempo que no se ven porque a Divina la expulsaron de casa por su opción sexual.

Con recursos de cabaret, de music-hall que da aspecto frívolo a un gran drama de incomprensión, Álex Antúnez es La Divina con habilidades para el género, rápido en la improvisación, tan competitivo que no perderá su esperanza con los Javis; y Gabriel Ociña, el padre, con equiparables méritos en lo cómico y lo patético, aunque le hagan decir tres veces cada palabra como gag a lo Muñoz Seca facilón mientras añora las consignas de su época: 'Si esto no se apaña, caña, caña, caña'. Hay un hilvanado de textos con los motivos de ambos, imágenes de la batalla obrera, saltos de registro expresivo, y el glamur cabaretero de fondo que corre a cargo de Begoña Crego y Mar García, punteras bailarinas (y actrices). Vestuario y pelucas de postín, cava en la tarde del estreno para activar la empatía... pero con el abismal desencuentro del conflicto íntimo y teatral.