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Diego Pérez protagoniza una obra que saca mucho partido al vestuario. maité gonzález
Pabellón 6 viaja a la grotesca corte de Fernando VII

Pabellón 6 viaja a la grotesca corte de Fernando VII

El musical bufo 'El trepa de palacio', dirigido por Felipe Loza, se inspira en la vida de Antonio Ugarte, «figura histórica de la corrupción»

Miércoles, 10 de agosto 2022, 01:02

En la pintura de Vicente López Portaña que hay en el Museo del Prado, datada en 1833, el señor y la señora están bien vestiditos de gala con sus brocados, encajes, insignias, banda y joyas, todo eso que habla de poderío. Serios, muy serios, miran al retratista. Entre esa imagen tan respetable y la que ofrece el musical bufo 'El trepa de palacio', que se estrena el día 19 en Pabellón 6, hay casi dos siglos de distancia y el destape de algunos chanchullos del personaje principal de esta historia.

Antonio Ugarte, el señor del cuadro (de origen vizcaíno o navarro), llegó a Madrid con 15 años para ganarse la vida, como explica el director del montaje, Felipe Loza. Así se cuenta en el texto de Braulio Cortés, y mucho antes en uno de los episodios nacionales de Galdós. Ugarte llegó a lo más alto, codo a codo con el rey Fernando VII. ¿Cómo? Pues parece ser que todo empezó por el baile.

Y si hay baile, hay música y canciones. «Un musical es un buen asunto para las fiestas», asegura el director. «Queremos divertir a los espectadores, no darles los datos históricos». Para aprender la lección, siempre podrán rebuscar quién fue Antonio Ugarte, del que Pabellón 6 se queda con aquello con lo que se puede hacer «sátira y humor. Con lo grotesco de estos corruptos se puede hacer reír utilizando las canciones y el baile», dice Loza. La idea es presentar «el pasado y el presente corruptos de este país, esta historia de decadencia» sin perder la sonrisa.

El protagonista empezó como verdulero y se metió en los salones a dar clases de baile

Ugarte fue en eso un figura. Empezó como verdulero y mozo y en algún momento se metió en los salones a dar clases de baile a los aristócratas. Debían de ser tales su «simpatía» y su «capacidad de trapicheo» que enseguida se convirtió «en testaferro de gente muy cercana al rey Fernando VII, que fue el peor rey de España». Y luego fue «el funcionario o comercial de todo lo que llegaba de las Américas a Madrid» y hasta «responsable de los embajadores de Rusia. Fue muy corrupto y logró mucha pasta. Toda una figura histórica de la corrupción en un país que casi estaba en bancarrota».

Con el último chanchullo se le fue la cosa de las manos. Compró una flota en Rusia para mandar a América... y nunca llegó a Cádiz, es decir, «engañó al propio rey» y eso sí que es «esperpéntico y grotesco». Normal que para presentar su vida, su obra y su época se recurra al musical bufo, que alterna el texto y las canciones satíricas. Seis vagabundos a la puerta de una iglesia, para ganarse unas monedas, se encargan de contar sus andanzas.

Todos van a representar a varios personajes -un mismo actor puede ser rey y también marquesa- excepto Diego Pérez, que encarna a Antonio Ugarte. Le acompañan Aitor Echarte Merino, Leire Ormazabal, Nahikari Rodríguez, Unai Elizalde Zamakona y Yeray Vázquez. Para dar vida a personajes de todas las esferas, juegan con el vestuario. A sus prendas ocres raídas les van sumando puñetas y lechuguillas y telas de colores vivos. «Hay mucho color. Como decía Bertolt Brecht, ese juego logra un distanciamiento del espectador, que no debe creer nada a pies juntillas». Porque esto es un musical bufo y llega en plena Aste Nagusia.

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