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Cascos y escudos. Los policías municipales se colocaron el equipo antidisturbios para entrar en las txosnas. L. C.

Psicosis por el móvil: «Lo llevo atado al bolso»

Casi nadie renuncia a dejar el teléfono en casa, pero pese a estar tan pendientes, los descuideros consiguen su propósito

A. H.

Sábado, 24 de agosto 2024, 00:50

Muchos optan por dejar en casa el DNI, incluso el monedero y llevar los billetes en pequeños bolsillos estratégicos de la ropa. Pero pocos se ven capaces de prescindir del móvil. Así que lo llevan atado con cintas al bolso o a la cintura, o ... lo enganchan a la cremallera. Son los trucos más comunes que se compartían ayer entre confidencias por el recinto festivo. Hay quien pone la tarjeta SIM en un 'Nokia' antiguo ya en desuso o idean otros métodos para dificultar el hurto. La psicósis por el robo de móviles ha llegado a la Aste Nagusia. «Llevo el teléfono totalmente cruzado en el bolsillo delantero de los vaqueros para que no sea fácil robarlo y, por encima, un montón de servilletas arrebujadas para impedir que me metan la mano», confesaba Jokin mientras esperaba en la puerta de la comisaría del Ayuntamiento a que su amiga presentara una denuncia por la sustraccion de su 'Xiaomi'. «Valía más la cartera que el teléfono y esa me la han dejado», sonreía la joven.

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También ella había estado pendiente, pero aún así no pudo evitar el robo. «Llevaba la mochila en brazos, pero se ha encontrado con unos amigos en frente de Pinpilinpausa y, en un descuido, se la ha colocado por detrás y le han rebuscado hasta que se lo han quitado», explicaba su colega. «Te fastidia la fiesta. ¡Para un día que salimos! Sólo llevábamos dos horas y justo después de los fuegos, ¡zasca! Te hacen la puñeta». «Es inevitable descuidarse en algún momento», se justificaban.

Hay quien se colocó el móvil cruzado en el bolsillo y por encima un montón de servilletas para que no entren manos ajenas

En la puerta del Consistorio se han colocado vallas para marcar el recorrido de la fila ante las posibles colas, como las registradas en las fiestas del año pasado. «Es muy triste que tengas que estar pendiente de la seguridad en lugar de pasártelo bien», lamentaba otra cuadrilla que había ido a la casa consistorial en plena madrugada por el mismo motivo. Ellos se habían desplazado desde Gernika, Alonsotegi y Zorroza para disfrutar de la Aste Nagusia. «Ha sido nada más llegar, en un pasillo entre dos txosnas. Él lo ha notado, se lo han cogido del bolsillo, pero había tanta gente que no sabe quién se lo ha llevado. Cuando hemos llamado a su teléfono, ya estaba apagado», explicaban.

Pese a todo, los descuideros consiguen su propósito. Algunos se lo ponen fácil. Una cuadrilla de chicas llegó a avisarle a una joven de que llevaba el móvil, de color «morado brillante», a medio sacar en un bolsillo trasero del pantalón. «¡Te lo van a robar, que hay mucho mangui!», le advirtieron.

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