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La Unidad de Inteligencia de la Policía Municipal de Bilbao ha elaborado un «informe previo» sobre los delincuentes habituales «más activos» para tenerles controlados durante esta Aste Nagusia, el momento del año que concentra el mayor número de robos en la ciudad, según fuentes internas. ... El estudio policial, al que ha tenido acceso este periódico, incluye un listado de 117 multireincidentes, todos ellos hombres de entre 15 y 35 años, en el que se incluye una fotografía de la ficha policial, la identidad y el NIE, además de cuál es su especialidad delictiva, dónde se reúnen y con quién o quiénes suelen actuar.
La información ha sido transmitida a las patrullas en los 'briefing' (reunión al comienzo de cada turno) para que los agentes presten especial atención a estos individuos, que arrastran decenas de detenciones a sus espaldas, en caso de detectarles en el recinto festivo o en cualquier otro punto de la ciudad. «Si vemos que van de dos en dos o en grupos de tres, que se hacen los borrachos, siguen a una posible víctima o se encuentran en sitios estratégicos, les hacemos seguimiento», explica uno de los patrulleros.
De hecho, varios de estos sospechosos han sido ya detenidos en los primeros días de estas fiestas, alguno hasta en tres ocasiones, una por día. «Les ponemos a disposición judicial a las nueve de la mañana, a las once quedan en libertad en el juzgado porque así lo marca la Ley. Duermen un poco y para las cinco están de nuevo en marcha porque es su forma de vida. Para ellos es un negocio». De esta forma, «se sienten impunes, pero les van llegando las sentencias y, una vez que entran en la cárcel a cumplir pena, se les acumulan todos los delitos que han cometido y se quedan ahí unos años».
Este centenar de delincuentes habituales se dedica en su mayoría a tirones (robos con violencia e intimidación) y hurtos de teléfonos móviles, sobre todo, pero también de carteras, cadenas o cualquier otro objeto de valor.
El trabajo policial relaciona los perfiles que suelen robar en compañía, una información muy útil para los policías en la calle. Está demostrado que uno de los modus operandi más recurrentes consiste en que uno de los ladrones cometa el robo, pase el botín a otro y este a su vez se lo entregue a un tercero. «Hemos encontrado a un tipo con hasta siete teléfonos móviles encima y no los había robado él. Así, la víctima nunca puede reconocerles».
También se dedica parte del informe de Inteligencia a las bandas juveniles, que se enfrentan unas con otras «para ganar estatus», pero que también cometen robos violentos. Destacan entre los tironeros más peligrosos antiguos miembros de la banda LDS, Les Derniers Salopards (los últimos bastardos, título del álbum de un rapero madrileño), que durante una época actuaron en localidades de la Margen Izquierda. Se les relacionaba con el apuñalamiento grave a un menor de 15 años en Portugalete.
Según el informe de la Unidad de Inteligencia, se mueven «de forma grupal», se les vincula con sustracciones de cadenas y teléfonos y su punto de reunión es la plaza Unamuno, en pleno Casco Viejo, y la de Corazón de María, en el barrio de San Francisco.
La Policía señala como más problemáticos dos grupos de menores, los G9, que están enfrentados con una pandilla latina de Irala. Ambos protagonizan enfrentamientos recurrentes en los que median objetos contundentes y armas blancas. Algunos de sus miembros cuelgan fotografías en sus redes sociales en las que se ven armas de fuego, se desconoce si reales o simuladas. Los G9 se suelen mover por la plaza de la Encarnación. También dedican un capítulo a seis agresores sexuales, varios pirómanos y tres individuos sobre los que pesa una orden de busca y captura.
La primera noche de Aste Nagusia se estrenó con lluvia, uno de los motivos que pesó en que sólo se registraran nueve detenidos en lugar de los 20 de la primera jornada del año pasado. Cada día, sin embargo, se ha ido incrementando esta cifra. En 2023 aumentaron un 30% los arrestos respecto a 2022. La Policía Municipal, que se encarga de cubrir la zona de txosnas, condujo a los calabozos a 176 sospechosos, frente a los 127 del año anterior, y la Ertzaintza, a 53, dos más que en 2022. Crecieron un 12% los delitos sexuales y un 8% los casos de violencia de género y doméstica, aunque, según la estadística, se contabilizaron menos robos con violencia o hurtos, los delitos más comunes, que un año antes.
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