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La balconada de la Sociedad Bilbaína regala una visión perfecta de los fuegos, colocados en una explanada del parque Etxebarria. Maika Salguero
Un jurado iluminado

Un jurado iluminado

El tribunal del concurso de fuegos artificiales se reúne cada noche en el privilegiado balcón de la Sociedad Bilbaína, donde evalúa las colecciones

Viernes, 24 de agosto 2018, 13:36

Dan las 22.15 horas y la Sociedad Bilbaína abre su balconada a El Arenal. Debajo, la muchedumbre, pañuelo azul al cuello, apura el paso hacia el corazón de la villa, que en quince minutos comienzan los fuegos. Hasta cien mil personas los siguen cada noche. «Es el espectáculo por excelencia de la Aste Nagusia y muchos no lo cambiarían por nada. Bilbao es una plaza muy valorada y aquí las pirotécnicas apuestan muy fuerte», señala Carmelo Lezana, que esta noche cambia su puesto de representante de El Corte Inglés por el de jurado de espectáculos pirotécnicos. Él es uno de los ocho miembros -cuatro mujeres y cuatro hombres- que cada noche dictan sentencia en el XXVIII Gran Premio Internacional Villa de Bilbao desde un reservado del club de la calle Navarra.

Conforman un grupo variopinto: por parte de las comparsas, Irune Díez y Nora Egiguren; de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, su gerente, Jon Aldeiturriaga; representando al Ayuntamiento, el director del Área de Fiestas, Alberto Ruiz de Azua; por Euskaltel, Izartza Zorrozua; Antonio Barrena por EL CORREO; y el propio Lezana por el popular centro comercial de la Gran Vía. Desde hace tres años, el número ocho lo ocupa un miembro internacional, que esta vez viene de Reino Unido: la secretaria administrativa de la British Pyrotechnic Association, Avril di Palma. No conocía el concurso, pero está «disfrutando cada momento», afirma la londinense, entusiasmada. «La variedad de los espectáculos que tenéis aquí, la manera en la que se implica a todo el público...».

- ¿Son muy diferentes a los fuegos en las islas?

- Sí, aquí son muy mediterráneos: muy grandes y ruidosos. Puede que sea por el eco de las montañas.

Un jurado variopinto, sí, pero «con mucho criterio», asegura Izaskun Astondoa, heredera de la famosa pirotécnica vizcaína y asesora del grupo desde hace dos décadas, puesto que antes ocupaba su padre Eustaquio. «Con los años, además, van mejorando», añade. Para la veterana, la comparsera Irune Díez, ya son 25. «Yo no era una experta cuando empecé», admite, por su parte, Nora Egiguren. «Al llegar me dieron un librillo para saber en qué debía fijarme, los Bomberos nos dieron algunas lecciones, vamos a ver el montaje en la explanada del parque... Ahora voy a otras fiestas y me pongo a juzgar cómo hacen los fuegos. Me dicen: '¡Pero qué friki!'», ríe.

Las claves

  • El examen Se evalúan aspectos como el colorido, el ritmo, los efectos sonoros o incluso la ocupación de las figuras en el espacio aéreo

  • Un miembro internacional «Aquí los fuegos son muy mediterráneos: muy grandes y ruidosos», señala la jueza británica Avril Di Palma

A puerta cerrada

¿Y qué juzgan? Más allá de lo bonita que resulte la colección a la vista, evalúan el colorido, la duración, el ritmo, la originalidad de las piezas, las variaciones, la calidad técnica, los efectos sonoros e incluso la ocupación que hace del espacio aéreo.

Dan las 22.25 horas y algunos como Carmelo Lezana se frotan las manos ante el espectáculo que está por venir. Es miércoles de Aste Nagusia y el programa promete: esta noche prende la mecha Vulcano, la pirotécnica ganadora el año pasado. «Estuvieron espectaculares», recuerda. Nada que envidiar con lo que se está viendo este año, «una edición muy potente, con una calidad media muy buena», coincide el grupo. «Yo solo espero que aún no hayamos visto al mejor», desea Irune Díez.

Lso fuegos y el jurado que puntúa una de las colecciones en la Bilbaínada Fernando Gómez - Pedro Urresti
Imagen principal - Lso fuegos y el jurado que puntúa una de las colecciones en la Bilbaínada
Imagen secundaria 1 - Lso fuegos y el jurado que puntúa una de las colecciones en la Bilbaínada
Imagen secundaria 2 - Lso fuegos y el jurado que puntúa una de las colecciones en la Bilbaínada

Tres petardazos en el cielo ponen silencio en la villa y a las 22.30 horas comienza a correr la pólvora. Esferas multicolores, explosiones con formas de medusa, corazones y hasta el planeta Saturno preceden a una bonita traca final. El jurado se retira, reflexiona en silencio y asoma una sonrisa pícara cuando se le pide una opinión: «Eso no se puede decir», contestan varios al unísono. Durante quince minutos deliberan a puerta cerrada y no sueltan prenda ni tras el cónclave. Suelen coincidir, dicen, con las impresiones del público, «que ya tiene un nivel», alaban. Así que, hagan sus apuestas.

El último participante se lucirá esta noche, la granadina Pirotecnia Alpujarreña, una de las más antiguas del país. Ya el sábado, la vizcaína Astondoa ejecutará un espectáculo 'piromusical' que bajará los fuegos del cielo a la ría.

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