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Maika Salguero | Vídeo: Igor Gandiaga

Una hucha para la boda, un homenaje a los que no están... las historias más curiosas del concurso de tortillas de patatas

Una Aste Nagusia más se celebra el popular concurso gastronómico en el Arenal en el que se han presentado 375 tortillas

Martes, 20 de agosto 2024, 16:08

El de la tortilla de patatas es el concurso gastronómico más esperado de la Aste Nagusia. Las nociones culinarias que se necesitan para elaborar el plato y lo sencillo que es conseguir sus ingredientes congregan cada martes de fiestas a miles de personas en El Arenal. La estampa se volvió a repetir este martes, cuando desde primera hora de la mañana decenas de cuadrillas con el estómago vacío se desparramaron por el recinto ferial.

Bajo la organización de Bilboko Konpartsak, es sin duda la prueba más participativa del certamen gastronómico de la Semana Grande de la capital. No es un decir: ayer era complicado transitar por El Arenal sin tropezar con un fogón. Tanto se afanaron los participantes que se presentaron nada menos que 375 tortillas, un número similar al de la anterior edición.

La cuestión es que había ganas del certamen. Tantas que algunas cuadrillas aparecieron ya a las ocho de la mañana para reservar sitio. Era el caso de Gorka Pocino, de 25 años, y su grupo de amigos. «El lunes nos fuimos a casa pronto porque hoy queremos estar frescos. Es de los días más especiales de fiestas para pasar en grupo», comentaba mientras desplegaban su campamento base. Varias sillas y mesas, una nevera llena de cervezas, un camping gas y las necesarias sartenes formaban parte del 'kit' básico para sobrevivir en una jornada que todos coincidían en definir como «larga».

El objetivo de esta cuadrilla no era ganar -una meta que calificaron como «imposible» habida cuenta de sus habilidades culinarias-, sino disfrutar de uno de los pocos momentos del año en el que coinciden todos los amigos. «Algunos viven fuera y vienen a Bilbao por fiestas. Hoy es la primera vez en tiempo que nos juntamos», narraban.

Quienes se tomaban el concurso algo más en serio se encontraban a varios metros de este grupo. Allí estaba Oihane Merino -con un gorro de 'chef' y un muñeco de 'ratatoullite' pegado a su hombro-, que recordaba que su primo, fallecido este mismo año, «ha vencido en varios concursos gastronómicos en fiestas de Bilbao, así que si ganamos se lo dedicaremos a él». Así que allí estaban, pochando bien la cebolla desde primera hora. «Es la clave para conseguir una tortilla cremosa».

El tema es que todo cocinero creía tener la clave definitiva para elaborar un plato exquisito, ya sea con cebolla o sin ella. El grupo de amigas de Claudia Aranbalza optó por la segunda de las opciones, al tiempo que remarcaban que el truco está en «freír las patatas con una tapa para que estén más crujientes». Marta Soria, en la mesa de al lado, matizaba que no, «que no tienen ni idea, que lo importante para que queden perfectas es cortar el tubérculo en láminas gruesas y después añadirle azafrán. Me parece que se lo escuché al cocinero Dabid Muñoz».

Con el debate de todos los años planeando sobre el recinto festivo, bastaba pegar la hebra un rato para descubrir todo tipo de motivaciones entre los inscritos. El objetivo de Alexander Martín e Iñaki Sastre, una pareja que contraerá matrimonio el año que viene, era conseguir dinero gracias a la venta de pintxos de tortilla. Lo necesitan sí o sí y de forma urgente, pues no eran conscientes «de la ruina que supone una boda». Pedían un donativo y algo recaudaron.

Sin fogones

La lista de preocupaciones mostradas en El Arenal la agrandaron Ander Hermosa y Andoni Santiago. «Queríamos participar en el concurso, pero el amigo que tenía que bajar los fogones salió ayer de fiesta y se ha quedado dormido. O conseguimos que despierte o nos buscamos otro plan», añadían mientras se abrían una lata de cerveza. «Al menos, la nevera, las sillas y la mesa las tenemos. Bueno, eso y las ganas de pasárnoslo bien».

La cosa es que el plan prometía y que las expectativas de la mayoría de los participantes eran de alargar el día. De quedarse en las txosnas, al menos hasta los fuegos artificiales. «Nosotros, lo que aguante el cuerpo», añadía la pareja falta de fogones con los que cocinar.

El plan era tan apetecible que el grueso de la Corporación municipal, encabezado por el alcalde Aburto, participó en el concurso junto a la pregonera y la txupinera. La de ayer fue una visita más calmada que la del pasado año, cuando las comparsas montaron una protesta al tiempo que el regidor ultimaba su plato. Esta edición, en cambio, la tortilla se preparó en total armonía entre los grupos políticos que componen el pleno, la pregonera, la txupinera y los miembros de Bilboko Konpartsak.

Aburto aprovechó la comparecencia posterior ante los medios para celebrar «el buen curso de unas fiestas en las que no ha habido temas graves», en referencia a las denuncias recibidas durante las pasadas noches. «El protagonismo de la Aste Nagusia debe corresponder a la gente».

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