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El Ayuntamiento de Bilbao no cambiará la ubicación de los fuegos artificiales a otro parque de la ciudad pero desplazará unos metros el punto de ... lanzamiento esta edición de las fiestas después de que el pasado 27 de agosto, sobre las once y diez de la noche, muy poco después del espectáculo pirotécnico, un incendio obligara a desalojar el recinto festivo de Bilbao durante horas, así como a los vecinos de los bloques 9 y 10 de la calle Viuda de Epalza. A fecha de hoy, dos familias siguen fuera de sus pisos. El Consistorio rechaza que el fuego fuera causado por estos artefactos, ya que aunque el informe inicial de los Bomberos lo apuntara como causa probable, el del jefe de Operaciones lo atribuyó a un cortocircuito. Los afectados insisten en que todos los análisis periciales que se examinan en un juzgado de Bilbao coinciden en que lo provocó la pirotecnia.
El Consistorio informó el viernes que el lanzamiento se trasladaría de la ladera del parque Etxebarria al interior de los campos de Mallona, a una zona protegida con vallado, para alejar el punto de lanzamiento de los tejados. Además, las carcasas de los artefactos serán de 125 milímetros de calibre como máximo, y no se permitirán las de 150 ó 175. Ello implica un menor riesgo y permitiría incluso reducir el perímetro de seguridad, según ha podido saber este periódico. Éste siempre se ha situado en los 140 metros de radio, hasta la calle Esperanza. El Consistorio también empleará drones con cámaras térmicas durante y después de los lanzamientos y colocará un camión de bomberos en la entrada de la calle Esperanza, en su límite con Sendeja.
Las claves
Según los afectados, no se han llevado a Artxanda o a Miraflores porque en esas zonas no lucen ni suenan
El calibre máximo de las carcasas pasará a ser ahora de 125 milímetros, frente a los 175 de antes
Aun así, la decisión de mantener el lanzamiento en esa zona del parque ha disgustado a los vecinos, que anunciaron, en un comunicado, que protagonizarán «acciones de protesta» porque llevan años solicitando el cambio de ubicación de los fuegos, que ya en 2015 provocaron un incendio que quemó más de dos hectáreas de maleza. De hecho, consideran que el certamen es «un bombardeo pirotécnico anual» sobre sus viviendas de dos siglos de antigüedad, situadas en pleno enclave declarado Monumento Histórico Artístico.
También la asociación Hispania Nostra, que vela por el patrimonio histórico, se lo solicitó al alcalde, Juan Mari Aburto, para la protección del Casco Viejo. Aburto prometió que estudiaría un posible cambio de ubicación. Y la semana pasada, los administradores de las dos comunidades afectadas por el incendio en la pasada Aste Nagusia fueron citados por miembros del equipo de Gobierno para escuchar las nuevas medidas preventivas. Las responsables municipales les aseguraron que se había analizado, junto a los técnicos, trasladar el lanzamiento a otros espacios como a Artxanda o Miraflores, pero que la idea se desechó porque «en esas zonas no lucen ni suenan».
El Consistorio, además, propuso a los administradores asumir la limpieza de los restos pirotécnicos que se acumulan en los tejados y atascan los sumideros. Los vecinos denuncian que esa limpieza «siempre» la realizan ellos pese a que corresponde a la Corporación y a la empresa pirotécnica, tal y como queda recogido en el Decreto 400/2013 de Espectáculos de Euskadi. También reiteran que, a su juicio, lanzar los fuegos desde Mallona infringe la ley de Patrimonio Cultural, que obliga a los titulares de bienes culturales conservarlos, cuidarlos y protegerlos para asegurar su integridad y evitar su pérdida, destrucción o deterioro.
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