La pasión taurina en fiestas: «¡Qué emoción el encierro de El Cid con seis toros!»

Figura, por supuesto, en letras mayúsculas, la tarde en la que El Cid se encerró y «mató los seis toros de Victorino. Fue la primera vez que saqué los dos pañuelos a la vez para darle las dos orejas. Nunca había visto así la plaza», subraya.

Ponce ha hecho «bastantes buenas faenas», pero se queda «con la de 2017. Fue algo que casi, casi rayaba la perfección». Tampoco «me puedo olvidar» de las dos orejas que cortó Morante a un toro que «me pedían devolver a los chiqueros. Pero el animal se vino arriba y, vamos, se formó un clamor increíble en la plaza». Como nunca se le irán de la cabeza las tres orejas que Diego Urdiales cortó hace dos años. El colofón final, hasta la fecha, lo vivió en la feria de 2019 con un Ureña que cortó cuatro orejas en una misma corrida.

González se emociona mucho y con facilidad. Le sucede cada vez que ve embestir un toro «extraordinario». «Notas que merece amar la fiesta. Con un toro o faenas importantes, casi no me puedo reprimir soltar algún olé en la presidencia».

- ¿Le llega más el toro o el matador?

- Las faenas importantes siempre han sido con toros importantes. Recuerdo tres de estos: uno de Atanasio Fernández, al que como presidente mandé dar la vuelta al ruedo; otro de Garcigrande, al que estuve a punto de dar el indulto, anduvo en el límite; y el pasado año, uno de Victoriano del Río. El clamor lo genera el toro. Lógicamente, tiene que haber un torero capaz de estar a la altura, porque no es fácil esta a la altura de un ejemplar bravo.