«Hay que darlo todo en las fiestas»
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EL CORREO reúne a miembros de los distintos gremios que se dejan la piel para que todo salga perfectoQué son un músico, una actriz, dos barrenderos, un hostelero, un comparsero, una taurina, un artista y un miembro del circo en una redacción de periódico? «¡Un homenaje a la diversidad de las fiestas!». José Antonio Nielfa, La Otxoa, lo tiene claro: «Este reportaje es ... reflejo del ambiente y de la gente en Aste Nagusia. Es un homenaje a los imprescindibles, a la gente que trabaja para que todos nos divirtamos». Ni una palabra que añadir.
EL CORREO reunió ayer a nueve miembros de distintos gremios protagonistas en Aste Nagusia, cada uno a su manera. Un pequeño grupo que representan a miles de personas que se afanan para que todo salga redondo y Bilbao vuelva a vibrar con las mejores fiestas del mundo. «¡Hay que darlo todo!», comentan varios.
Hay ganas de fiesta. Ha sido difícil cuadrar las agendas de todos. Ensayos, montajes, detalles de última hora... Está siendo una semana de mucho ajetreo. Lander Ruiz es el clarinete bajo de la Banda Municipal de Música y acude a la cita después de ensayar. Es sólo un aperitivo de lo que viene: diez conciertos en ocho días. «Llegas al final planchado», bromea.
Junto a él está Luis Vila, gerente del circo Tamberlick. Con marcado acento gallego, explica que, pese a lo que pueda pensarse, «cada vez viene más gente al circo». Momento que aprovecha Ruiz para desempolvar la memoria. «Una vez, en el kiosko del Arenal, un miembro del circo trató de hipnotizar a un cocodrilo». Por alguna razón, el bicho acabó en el estanque que entonces había junto al kiosko. «Busca en vuestra hemeroteca, tiene que estar», interpela al periodista. En efecto, sucedió en Aste Nagusia de 2008 y contaban las crónicas que «la banda no dejó de tocar». «Ahora el tema de los animales lo tenéis prohibido», sueltan a Vila, que afirma con la cabeza: «Normal».
En el otro extremo de la sala, Jabi Romanos, de la comparsa Moskotarrak, charla con José Antonio Cuetos y Plácido Moreno, trabajadores municipales de la limpieza. «Vaya currazo hacéis», les felicita.
¿Son incívicas las fiestas? «Nos solemos encontrar muchos contenedores vacíos y basura acumulada alrededor», lamenta Moreno. El Arenal inundado de botellas y bolsas de plástico tras las noches de juerga es una de las -tristes- estampas habituales de Aste Nagusia. Por ello, Cuetos y Moreno aprovechan la ocasión para apelar al civismo: «Hacemos un llamamiento al reciclaje de residuos para que tengamos unas fiestas más sostenibles».
Precisamente el botellón es el problema más citado por los encuestados («está marchitando las fiestas», dice Gaizka Garmendia, propietario del emblemático Café Iruña) junto con «los manguis» y «la delincuencia», en general.
Llega el momento de la foto y van pasando todos al estudio. Cada uno ha traído algo característico de su gremio y Begoña Aguirre, presidenta de la federación taurina, porta un capote «que ha toreado mucho». Al igual que el resto, Aguirre, que disfruta de «los toros y los fuegos artificiales», sigue al pie de la letra las indicaciones de los fotógrafos: «Un poquito a la derecha, una pasito adelante... Cuidado con la tela del fondo». Nielfa ameniza la espera cantando en voz alta y varias voces se le unen. Toca posar en grupo y hay que elegir a alguien para cogerlo en volandas. Cómo no, La Otxoa. «¿Por qué me toca siempre a mí?», protesta, provocando la carcajada general.
Se organiza una segunda pose brindando con champán, que sirve con maestría Garmendia. «¡Sirimiri!», exclaman al unísono para posar. Tras varias tomas, se da el trabajo por concluido y falta tiempo para que todos apuren sus copas. Se acerca la Aste Nagusia y se nota. «Hay ganas de fiesta», se ríen. Y pocos la disfrutarán tanto como la actriz Natalia Millán, que acaba de estrenar 'Los chicos del coro' en el Teatro Arriaga.
- ¿Qué es lo que nunca te pierdes?
- ¡Pero si es la primera vez que vengo! Me muero de ganas de ver el txupinazo, voy a disfrutar como una niña.
«¡Quién pudiera volver a vivir Aste Nagusia por primera vez!», exclama algún envidioso. Y cuánta razón tiene.
Los protagonistas comparten qué es lo mejor, lo peor y lo imprescindible de Aste Nagusia
«Lo peor es el botellón, que ha degradado Albia y la Plaza Circular, una zona que habíamos ayudado a dinamizar»
«Con la llegada de Marijaia todo se llena de alegríay mucha fiesta, lo que no queremos son problemas»
«Nuestro concurso de feos cumple en esta edición 25 años; va a ser algo muy especial, aunque siempre gana el mismo chico»
«Hacemos un llamamiento al reciclaje de residuos para que tengamos unas fiestas más sostenibles»
«Si miras la programación, todo es genial, no podría descartar nada; lo que sobra es la mala gente»
«Por desgracia, lo peor son la delincuencia y la basura; a nadie le puede gustar cómo queda el Arenal por las mañanas»
«En Aste Nagusia me gustan la gente y el ambiente, pero lo mejor es darse una vuelta por las txosnas»
«Es la primera vez que vengo a las fiestas, me muero de ganas de ver el txupinazo, voy a disfrutar como una niña»
«Las familias no se pueden perder el circo, el ferial y las barracas, pero la vida cultural y los conciertos también son divertidos»
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