Ana Mena debería usar playback
ana mena (parque europa) ·
La cantante malagueña hizo desde reguetón hasta baladas sin usar autotune, pero desafinando bastante a menudo en su intervención pasada por agua en el Parque Europaana mena (parque europa) ·
La cantante malagueña hizo desde reguetón hasta baladas sin usar autotune, pero desafinando bastante a menudo en su intervención pasada por agua en el Parque EuropaEl miércoles, quinto de los ocho días de conciertos de la Semana Grande, ya fueron cuatro las propuestas municipales nocturnas: las tres habituales de las 23.30, o sea La Oreja de Van Gogh en Abandoibarra (los donostiarras están dando muchos bolos en fiestas: Zarauz, ... Ermua, Pamplona…), un Tributo a María Dolores Pradera en La Pérgola, y en La Plaza Nueva un grupo de folk ucraniano llamado Hudaki Village Band, más la nueva cita que a las 24.00 horas se pondrá en marcha de miércoles a sábado en el Parque Europa, un entorno éste con malas condiciones para celebrar un concierto entre tantos árboles, cuestas y hierba que con la lluvia se puso peligrosa, una localización tan a desmano que se pensó para alejar a la chavalería del centro de Bilbao. Otro escenario que se usa solo para un evento al día, en fin…
Publicidad
Ahí, en el Parque Europa, actuaba la malagueña Ana Mena Rojas, de 25 años, que en 2009 protagonizó una serie de televisión sobre Marisol y en 2010 ganó el concurso My Camp Rock de Disney. El jefe, que no es una persona, sino algo así como un ente, propuso: elige entre La Oreja y Ana Mena. La Oreja, claro, pues su bolo es más cerca de casa, más temprano, en un mejor emplazamiento y el grupo donostiarra ofrece garantías suficientes para pasarlo bien y escribir una reseña positiva. Y al día siguiente ordenó el jefe: ve a Ana Mena. Vale, no hay problema: el mes pasado viajamos a Santander con intención de acudir a su concierto en La Magdalena pero llegamos tarde, a La Oreja los tenemos muy vistos y oídos, Ana Mena sería novedad y la curiosidad melómana allana el camino.
Y embargados de semejante talante positivo, en una jornada que amenazaba tormenta eléctrica pero en la que disfrutamos sin lluvia de los conciertos de la terraza del museo Guggenheim (bien el jazz del North Coast Quartet), de la terraza del pub La Carbonería (bien Carlos Segarra, el líder de Los Rebeldes, haciendo versiones de rock and roll clásico a dúo acústico) y del interior de la sala Azkena (muy bien: cambiaron el orden, nos perdimos a Hendrik Röver y disfrutamos de la tormenta eléctrica y guitarrera del cuarteto también cántabro Aitor Ochoa & Mad Mule), justo saliendo del metro ya de camino al Parque Europa se concatenaron los malos augurios: empezó a chispear, arreció la lluvia, los rayos blanquearon los edificios, los truenos dieron mal rollo («huele a cancelación», comentó una chica que nos adelantó urgida por el chaparrón). Pero no fue así, el concierto comenzó minutos antes de la hora prevista y encima la entrada lógica y natural estaba vallada y había que dar un rodeo ridículo para acceder al show. En fin…
Durante los bolos de la tarde, cuando los melómanos se enteraban de que nos tocaba cubrir a Ana Mena se mofaban (la mayoría) o se compadecían (la minoría escogida). Pero habíamos estudiado el repertorio y no era para tanto: era variado en los estilos, descarado en la lírica y estaba bien elaborado en estudio. Claro que una cosa es lo que se oye en un disco, o en un vídeo, y otra en un directo. ¡Y es que la buena de Ana Mena no sabe cantar! Por respeto no lo pondremos en el titular, y eso que desafinó cada dos por tres, no vocalizó en condiciones, no respiró como debía, se le escapó algún gallo, se le notó algún trémolo por falta de temple… Eso resultó tan desastre que debía de haber alguna razón: ¿un frío cogido por el cambio de temperatura, el miedo a un escenario mojado y resbaladizo que secaron en alguna ocasión, una pérdida temporal de voz de la cantante, que Ana bailara un poquito y se moviera mucho por escena le impidió hacerlo bien…? Imagínense: acudimos barruntando que habría playbacks en su voz, pero resultó evidente que no.
La actuación comenzó antes de la medianoche y acabó a la 1.20 horas, tras un bis que nadie pidió y en el que repitió la canción 'Las 12' cuando mucha gente ya se había largado. Hubo pantallas grandes que llegaron a emitir los videos de ciertas canciones, le acompañó un cuerpo de baile totalmente masculino (seis miembros, uno de ellos paisano nuestro y llamado Sergio), la soportó un cuarteto instrumental (sonó empastado, como con muchos pregrabados, pero parece que tocaban algo), y contando a ella fueron 11 en escena. Una multitud.
Publicidad
Y ella, bellísima, flaquísima y con una larguísima melena rubísima, nos habló bastante, lo que sucede con estos ídolos de juventud (Aitana, Amaia…), que pugnan por ponerse al nivel del piso de su público púber. Y aunque nació en Estepona, Málaga, hace 25 años, Ana Mena habló con acento argentino, otro factor muy raro en una noche que ella calificó de mágica, como mágicos nos llamó a nosotros.
Clamó por la mitad: «Os lo juro por Dios que estoy emocionada. Me falta esto para llorar. Por momentos como estos merece la pena todo. ¡Qué bonito, tío!». Y sentenció por el final: «Me atrevo a decir que este ha sido uno de los conciertos más mágicos de toda mi vida. Sois la hostia». Y entonces cantó la sexual y reguetonera 'Ya es hora', donde se le escapó algún gallo.
Publicidad
Zalamera hasta decir basta (por el principio afirmó que este de Bilbao era uno de los conciertos que encaraba con más ganas porque tiene muchos amigos aquí y nosotros lo damos todo en los directos) y sinceramente agradecida porque a pesar de la tormenta la masa permaneció en la campa cuesta arriba del Parque Europa (a menudo los muchos paraguas impedían ver el escenario), Ana Mena nos contó por qué había compuesto la canción discotequera 'Me he pillao por ti' (por un chico del que se enamoró en octubre del año pasado: «romántica yo creo me ha quedado», zanjó ella). Desafinó en la bachata 'A un paso de la luna', desafinó y jadeó por mala respiración en la itálica 'Musica leggerissima' (versión de Colapesce & Dimartino; al acabarla nos confesó que en la industria no querían que esa canción fuera single, «porque se alejaba de la tendencia, era más de los 70-80, los mayores igual ya me entendéis»), propuso «vamos a ponernos un poco más sexies, ¿OK?» antes de 'Pa' dentro' (aquí parecía que gañía, no respiraba como correspondía; ¿estaría acatarrada?), y echó mano del cliché al pedir que ondeáramos las manos en una balada mal vocalizada (quizá 'Sin aire', pero no pondremos la mano en el fuego).
Además nos pidió que saltáramos la primera vez que interpretó 'Las 12', pero poca gente lo haría con el suelo tan resbaladizo, empinado e irregular. Versionó el 'Todo de ti' de Rauw Alejandro (¿por qué en vivo Ana Mena no usa el autotune que aparece en sus grabaciones?), sugirió lo étnico y espiritual en 'Como el agua', lo mejor de la tormentosa noche fue una orgánica 'No soy como tú crees' (una suerte de rock and soul vintage tipo 'Grease' o Tracey Ullman), más sonido itálico, rafaelesco (por la Carrá) y hasta televisivo sirvió en una 'Duecentomila ore' que la Mena más bien susurró, y una de las canciones que el público más juvenil coreó fue la del final en falso de 'Se iluminaba', versión de Fred de Palma.
Publicidad
¿Por qué Ana Mena, que parece simpática, no hace más trampas en concierto, como hacen Camela, Maluma, Dani Fernández, Simple Minds y tantos más? ¿Lo de exponer que no sabe cantar será una forma de acercarse a su público? Todavía no lo entendemos, pero nosotros ya a otra cosa, mariposa.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.