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Hace 50 años Don Celes tuvo muy mala suerte por primera vez en las páginas de EL CORREO. Ayer, el padre de este personaje mítico como pocos, al que todo le sale mal todos los días salvo uno cada dos meses -según recogen las estadísticas-, ... fue reconocido por su larga trayectoria como creador de sonrisas. Luis del Olmo recibió la txapela que le acredita y distingue como socio de honor de La Gota de Leche de Bilbao, asociación benéfica que toma su nombre de las primeras instituciones creadas a finales del siglo XIX para apoyar el desarrollo de la infancia menos favorecida.
El acto se celebró en el hotel Silken Indautxu, parte del cual ocupa precisamente el edificio que fue sede histórica de la Gota de Leche original, a principios del siglo XX. La cantante Amaya Uranga y el bailarín y coreógrafo Igor Yebra, como madrina y presidente de honor de la versión renovada de esta entidad, hicieron los honores. Impusieron la txapela y entregaron su diploma de socio al creador de Don Celes, en activo con 97 años cumplidos. Ejerció de maestro de ceremonias el periodista Juanjo Romano, que recordó cómo la Gota de Leche de Bilbao se propuso 'fichar' al personaje que todos los días anima la última página de EL CORREO, «pero nos dimos cuenta de que solo se conseguiría de una manera, haciendo socio de honor a su creador, nuestro queridísimo don Luis del Olmo, por toda una vida dedicada a conseguir la sonrisa diaria».
«Es un honor», le dijo Amaya Uranga a Olmo cuando le puso la txapela, que llevaba la figura de Don Celes. Así, el personaje cubrió la cabeza de la que salen sus aventuras todos los días. «Todos los que habéis colaborado en este homenaje os habéis equivocado», bromeó el dibujante. «Porque soy un padre desnaturalizado que ha vivido a costa de su 'hijo' todos estos años. De hecho, hemos vivido de él toda mi familia y yo. ¡Habéis metido la pata!», aseguró, ante las risas de los asistentes. «Ahora en serio. Yo creo que este es el primer homenaje de este tipo que me hacen. Y no sabéis la satisfacción que da oír a los demás cosas buenas sobre ti. ¡Me voy a derretir!».
La entidad benéfica «Luis del Olmo es socio de honor porque ha dedicado toda una vida a conseguir la sonrisa diaria»
El homenajeado «¡Habéis metido la pata! Ahora en serio, no sabéis la satisfacción que da oír cosas buenas de ti»
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