Oscar Cubillo
Miércoles, 21 de agosto 2024, 06:52
El histórico grupo de heavy metal español repasó sus grandes éxitos sin terminar de interactuar con la abigarrada orquesta, lo cual no fue óbice para que su «público entendido» disfrutara de un show largo que se hizo corto
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Al final no llovió el martes a ... las 11.30 de la noche, la hora de los conciertos programados por el ayuntamiento. El más ilusionante era el encuentro colaborativo entre los madrileños Barón Rojo y la Banda Municipal de Bilbao en Abandoibarra. Las otras dos propuestas oficiales fueron la africana del guineano mandinga N' Faly Koyate en la Plaza Nueva, y ya nos hubiera gustado acudir a La Pérgola a repasar rancheras y corridos con el habitual Mariachi Imperial Elegancia Mexicana si por ejemplo se hubiera programado antes de los fuegos. ¿No es buena idea poner dos conciertos importantes antes de los fuegos y otros dos después, para que el pueblo llano pueda disfrutar el doble? Antes los de La Pérgola y la Plaza Nueva, y después los de Abandoibarra y cuando empiecen los del Parque Europa.
Lo dicho, que no llovió la noche del martes y no hubo que sacar el paraguas durante el concierto colaborativo entre Barón Rojo y la Banda Municipal, que fue muy largo pero que pasó rápido: no miramos el reloj ni nos distrajimos con el móvil, como si estuviéramos en un concierto de Bob Dylan, y antes del bis apuntamos la hora y nos sorprendió que sólo fuera la una y veinte. ¡Habríamos calculado que ni habíamos llegado a la una menos diez! Al final el show duró dos horas y dieciséis minutos para 20 temas en los que el muro eléctrico de heavy metal elevado por los hermanos De Castro, sin fisuras, no permitió lucirse a la Banda Municipal, que sí brilló el sábado en La Plaza Nueva con los trikitilaris Korrontzi, en ese infausto concierto pasado por agua.
Ya saben que ni este año ni el pasado la Banda Municipal está amenizando las corridas de Vista Alegre, donde tocando pasodobles se ganó buena fama (aunque la semana pasada pudimos comprobar que las bandas de Huesca y, sobre todo, de Alfaro, son superiores en ese repertorio). El caso es que en la plaza de toros dejaba mejor impresión la formación consistorial bilbaína que este martes en Abandoibarra, donde estuvo opacada por el grupo de rock, donde nunca sonó armonizada, engarzada con el heavy metal español, y donde cuando se la pudo escuchar se notó que sus partituras eran demasiado sencillas, sin alharacas, poco trabajadas como dijo un músico con crueldad.
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A menudo se la percibió abigarrada, en un batiburrillo asonante que menos mal tuvo volumen bajo y no brutal. No obstante, a pesar de todo, el concierto tuvo su aquel, discurrió fugaz, las letras de autoafirmación, proselitismo del rock, distopías y conspiraciones globales no han perdido vigencia, las piezas más conocidas fueron coreadas por un respetable de mediana edad y eminentemente masculino (qué contraste con la víspera, con los donostiarras Nogen y la chavalería con las chicas como leve mayoría), y si la Banda Municipal no hubiera participado todo habría sonado mejor, aunque probablemente hubiera sido menos memorable.
Los cuatro roqueros se alinearon en primera fila (la batería a la derecha) y los músicos municipales estuvieron detrás, y cuando no tocaban, por las miradas y gestos de muchos de ellos, parecía que no les gustaba lo que oían, y a veces sonreían sin malicia, incluso quizá con envidia por no poder dar ellos los solos con brincos del líder Armando de Castro, que a sus 69 años saltó mucho, presentó casi todos los temas (excepto el instrumental, ¿no?), y tocó con modelos de guitarra sin caja ni clavijero, de menos peso para cuidar la espalda, aunque se le vio en estupeda forma física.
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Banda y grupo abrieron con 'Breakthoven' y supimos por la acústica y el batiburrillo que no iba a ser la soñada colaboración de power metal. Acabó, Armando saludó, agradeció nuestra presencia a pesar de la amenaza de la lluvia, e informó de que grabaron un disco en directo «cerca de aquí» (en Zorrozaurre, al otro lado de la ría) en fiestas de 2006 (se equivocó: fue en las de 2007, y de aquella noche también pasada por agua salió 'Desde Barón a Bilbao', triple en directo con dos CDs y un DVD), y presentó una de las piezas menos reconocibles del listado, 'Hombre de las cavernas', datándola en 2005 (ejem, se publicó en 2006).
La nutrida Banda Municipal, atada a las partituras, no enriquecía el gran rock de los barones, y banda municipal y rock duro marchaban cada uno a su bola, en paralelo, como agua y aceite, sin mezclarse, sin entrecruzar arreglos orquestales con punteos, por ejemplo. Casi todos los títulos los cantó Carlos de Castro, de 70 años, y entre los mejores estuvieron 'Larga vida al rock and roll' (acelerado y con la banda participando como ajena), 'Incomunicación' (con largo desarrollo postrero y sin la participación de la banda), 'Las flores del mal' (el glam de los tambores, el blues de los riffs, la lírica distópica, la voz de Carlos en uno de sus peores momentos, y paradójicamente una de las canciones más disfrutables), 'Hijo de Caín' (casi nunca la tocan, anunció Armando, y fue la mejor intervención de la Banda Municipal, donde por fin se sugirió el esperable power metal), o 'Satánico plan' (hard rock sincopado sin la orquesta).
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También por encima de la media estuvo todo esto que vendría después: su primer single, 'Con botas sucias' (las siglas de la multinacional CBS), publicado en febrero de 1981 según Armando, que lo entonó en Abandoibarra (al presentarlo se atrevió a decir que éramos «un público entendido, que no pasa en todas partes»), 'Los roqueros van al infierno' (estirado con partes de Deep Purple y AC/DC, y las presentaciones, entre ellas las de su último fichaje, el bajista José Luis Morán, y el baterista Rafa Díaz, que lleva 18 años en la banda según las cuentas de Armando), y ya en el bis, sin la orquesta 'Concierto para ellos' (con su emotivo pasaje cantando a los difuntos: «Por Janis, Lennon, Allman, Hendrix / Bolan, Bonham, Brian y Moon») y ya con la banda otro de los temas más coreados, el veloz y aplastante 'Resistiré' (los De Castro aplastaron otra vez a la banda).
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