El Parlamento Europeo ha aprobado que, a partir de 2024, habrá un cargador único para muchos de los productos electrónicos (como teléfonos y tabletas) que usamos en nuestro día a día. Una medida que, sin estar exenta de polémica (algunos fabricantes se verán obligados a ... cambiar su sistema de recarga), tiene importantes implicaciones en materia de sostenibilidad y medioambiente.
«No es sostenible tener un cargador por cada uno de todos los productos electrónicos de pequeño y mediano tamaño que utilizamos a diario». Alex Agius Saliba, vicepresidente de la Comisión de Peticiones y miembro del Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Parlamento Europeo, explica que la razón de impulsar un cargador único para teléfonos, tabletas y otro tipo de dispositivos electrónicos es, básicamente, una cuestión de sostenibilidad.
«No es sostenible tener un cargador por cada uno de todos los productos electrónicos de pequeño y mediano tamaño que utilizamos a diario»
Alex Agius Saliba
vicepresidente de la Comisión de Peticiones y miembro del Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Parlamento Europeo
De esta forma, habrá un único tipo de cargador para 14 categorías diferentes de productos (como tabletas, auriculares, altavoces e, incluso, ordenadores portátiles). La idea era «disminuir la cantidad de materiales no renovables que estábamos utilizando para producir estos cargadores».
Cabe señalar que, según datos del Parlamento, uno de cada tres cargadores que se venden con los productos no se llega a abrir de su embalaje. «Esto supondrá evitar 11.000 toneladas de residuos electrónicos cada año», detalla Agius Saliba, quien también alude a que estas cifras demuestran que los consumidores estaban pagando más de lo que debían por productos que no llegaban a usar. Una cifra que podría alcanzar los mil millones de euros en cargadores.
¿En peligro la innovación?
Alex Agius Saliba asegura que el beneficio de los consumidores siempre ha estado detrás de esta iniciativa. Sin embargo, compañías como Apple se han mostrado preocupadas por esta normativa. Creen, incluso, que puede «perjudicar a los consumidores europeos al frenar la introducción de innovaciones beneficiosas en las normas de carga, incluidas las relacionadas con la seguridad y la eficiencia energética».
Uno de cada tres cargadores que se venden con los productos no se llega a abrir de su embalaje
No obstante, el texto aprobado contempla que todos los dispositivos que permiten la carga rápida tendrán la misma velocidad de carga, «lo que permitirá a los usuarios cargarlos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible».
El fabricante de los iPhone es una de las pocas compañías que no apuesta por cargadores USB en sus dispositivos. Asegura que esta medida «reducirá las posibilidades de elección de los consumidores europeos al retirar del mercado modelos más antiguos y asequibles, y aumentará los residuos electrónicos al provocar la eliminación de los cables y accesorios existentes».
Sin embargo, el eurodiputado asegura que en las visitas que las autoridades comunitarias hicieron a Silicon Valley para explicar esta propuesta a diferentes fabricantes, «la respuesta de estas empresas fue muy clara: la mayoría no diferenciarán las soluciones de carga de los productos destinados a la UE de los que se vendan en otros países», por lo que se muestra convencido de que el estándar USB C se acabará imponiendo entre todos los productos electrónicos. «Estamos liderando estos cambios en la industria y esperamos que otros agentes en otros continentes sigan el ejemplo», señala Agius.
Apuesta por la carga inalámbrica
El eurodiputado, miembro del Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Parlamento Europeo, también apunta que, en materia de sostenibilidad, es importante que se avance hacia la recarga inalámbrica de los dispositivos electrónicos.
«En la Unión Europea estamos liderando estos cambios en la industria y esperamos que otros agentes en otros continentes sigan el ejemplo»
vicepresidente de la Comisión de Peticiones y miembro del Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Parlamento Europeo
De hecho, la propuesta que ha aprobado la eurocámara también afecta a la regulación, en dos años, de la carga inalámbrica. De este modo, la Comisión Europea está iniciando los trámites para que, en un par de años, la carga inalámbrica esté regulada y sea «la tecnología de carga futura». Agius destaca que «si solo hubiésemos considerado las soluciones de carga por cable, nos arriesgamos a que algunas grandes marcas pudieran optar fácilmente por la carga inalámbrica sólo para sus productos. Si eso ocurriese, la propuesta de cargador único habría fracasado». Por eso, la ley de cargador único contempla la carga inalámbrica de cara al futuro.
En su opinión, a día de hoy aún estamos lejos de tener un estándar en recarga inalámbrica porque es una tecnología que no es tan avanzada como una memoria USB. «Por eso hemos dado otros dos años para iniciar esta discusión con las autoridades europeas de normalización, para que puedan llegar a dictaminar este estándar». Es decir, que aunque en dos años no vayamos a tener un estándar de recarga inalámbrica para todos los productos electrónicos, sí que se iniciarán «las discusiones con el procedimiento».
Cabe señalar que el estándar USB se estuvo desarrollando durante muchos años y «se ha probado que es el mejor que tenemos para la carga», asegura este eurodiputado, que reconoce que, con respecto a la inalámbrica, «necesitábamos otros dos años adicionales para que este estándar estuviera más bien desarrollado».
Información sostenible
Este eurodiputado señala que otro elemento de sostenibilidad de esta normativa aprobada es «dar la información correcta». Por eso, todos y cada uno de los productos que se vean afectados por esta legislación deberán tener en sus envases unas etiquetas con las que los consumidores puedan ver las opciones sostenibles que tienen a su alcance. Así, deberán poner claramente si el producto incluye o no cargador, de manera que los usuarios tengan la opción de comprar un dispositivo con un cargador.
«Esto también ayudará a producir y poner en el mercado mucho menos cargadores de los que estamos fabricando ahora», subraya.
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