Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La vida de Asier Villalibre ha dado un vuelco en los últimos cinco meses. De olvidado en el Athletic a héroe en el Deportivo Alavés. «Es una de las mejores decisiones que he tomado nunca», dice sobre su cesión. Su gol al Levante ya es parte de la historia albiazul ... . Tres semanas después de sus lágrimas en Las Palmas marcó el tanto del ascenso. «Se me pasó por la cabeza aquella ocasión», reconoce el Búfalo, que no quiere hablar sobre su futuro. Sólo piensa en saborear el momento.
– ¿Cómo va la resaca emocional?
– Bien, han sido momentos muy intensos. Y con ganas de la celebración en la Virgen Blanca.
– ¿Cuántos mensajes tenía en el móvil tras el partido?
– Muchos, muchos, la verdad. Aún no he podido responder a todos, pero lo voy a ir haciendo.
– ¿El más emocionante?
– Los que más gustan son de la gente que quieres, la gente cercana, la familia. Ves lo orgullosos que están y es lo que más le llena a uno.
– ¿Ha visto muchas veces el gol?
– No, un par de veces, tampoco mucho. He visto más vídeos de reacciones de la gente, de aficionados en el campo, en los bares. Es algo que en el momento no puedes ver y hace mucha ilusión.
– ¿Es el gol más importante de su carrera?
– Es un gol muy importante. También marqué en la Supercopa contra el Barcelona, que para mí está ahí, a la misma altura. Pero es un gol muy importante que nos ha hecho soñar.
– Lo que es seguro es el más tardío, en el minuto 129 no se suele marcar.
– Eso sí. Es un guión que si te pones a escribir lo más especial que podría pasar, lo que te puede hacer saltar, sería algo así. Ha salido como a pedir de boca.
– ¿Qué le pasaba por la cabeza durante esos minutos eternos de revisión del penalti?
– En el momento de la jugada estoy cerca y me vuelvo loco. En un momento así ves que hay mano y vas como un loco a protestar. Para mí fue clara, pero es verdad que no sabía si era fuera o dentro. Después hay un momento que el videomarcador da la repetición y, con todas las manos que se pitan hoy en día con el VAR, lo veía muy claro. Tenía que ser penalti. Y cuando van a revisarlo al VAR, aunque todavía no es seguro, casi siempre es para pitarlo. Y en ese momento empezamos a hablar sobre el penalti.
– La prórroga de la final por el ascenso. ¿No se le pasó por la cabeza que no lo pitara, que no se atreviera?
– Eso sí. Hasta que fue a mirarlo al VAR había muchas dudas. Para nosotros estaba claro, pero para el Levante era dudoso. Entonces no sabes lo que puede pasar. Tampoco es una final en un campo neutral, es una final en el campo del Levante, que hace que ellos no puedan ascender en el último minuto. También hay que tener esa personalidad de pensar que es penalti y pitarlo, sin que importe donde estés. Ahí el árbitro estuvo muy bien.
– ¿Estaba decidido de antemano que lo tiraría Asier Villalibre?
– En el momento que va al VAR, Luis (Rioja) viene a donde Toni (Moya) y donde mí y nos dice que uno de los tres lo va a tirar. Y seguido les digo que yo lo voy a meter. Se me quedan mirando sin decir nada (ríe), fue una mirada de 'vale, perfecto'. Estaba convencido. Es verdad que es ponerte una carga grande en la espalda. En el momento igual no lo piensas tanto, estaba con mucha confianza. Después lo he estado pensando, ves los vídeos que te comentaba antes de cómo lo vivió la gente, gente llorando, muy nerviosa... Y llevas a la espalda a toda esa gente. Y toda una temporada, porque, joder, si fallas el penalti parece que todo lo que has hecho no ha servido de nada porque al año siguiente vas a seguir en Segunda aunque haya sido un buen año. Y, joder, es complicado. Pero la clave fue ir con confianza.
– ¿Y qué piensa durante la carrerilla?
– Yo tenía claro que iba a mirarle al portero. Se me pasó por la cabeza a ver si me iba a aguantar o no, pero también es difícil para el portero quedarse en medio en ese minuto. Joder, te lo echan a un lado y no te mueves y vas a tener críticas. Igual que no pasa nada si un jugador lo tira al medio y lo mete, pero si lo falla es peor. Tenía claro que iba a mirarle. Me acuerdo perfectamente: cojo carrerilla, me paro un poquito, veo que se decanta para un lado y ya sólo tengo que ponerla en el otro.
– Como si nada.
– Sí (ríe).
– Y a gritar y a correr.
– Gritar y sacar todo lo que tienes dentro.
– Los aficionados del Alavés se acordaban de las lágrimas en Las Palmas y tenían claro que el gol del ascenso lo debía marcar Asier Villalibre. Como la justicia divina del fútbol.
– Bueno, es verdad que ese pensamiento también se me pasó por la cabeza. Pensar que contra Las Palmas tuve esa ocasión, que me dolió mucho. Pero encima ésta era un poco peor. En Las Palmas es una jugada rápida que te para el portero, pero un penalti es más clara. Se me pasó por la cabeza, obviamente, por un momento. Pero, igual para sorpresa de mucha gente, estaba bastante tranquilo. Bastante más tranquilo, seguramente, que la gente que estaba viéndolo desde fuera. Y nada, salió genial.
– ¿Ha llorado muchas veces por el fútbol?
– En la vida tienes muchos momentos de bajones en el fútbol. Y me joden esos momentos. Me acuerdo una vez, hace un montón de años, cuando estaba en el Basconia, contra el Aurrera de Vitoria. Íbamos empate a cero y fallé un penalti en el último minuto. Estuve llorando. Era un partido de liga normal, pero siempre fastidia. Esos momentos se me hacen difíciles.
– ¿Y en la semana posterior a Las Palmas le dio muchas vueltas?
– Es más en el momento. Ese día y el siguiente estuve jodido, era un momento duro para el equipo y para mí. Pero cuando empieza la semana siguiente ya estaba como nuevo.
– A su llegada dijo que con esta cesión buscaba «ser feliz». Lo ha sido y lo es.
– Obviamente. He dicho muchas veces que soy una persona a la que le ha costado salir de su entorno y tenía miedo, porque siempre tienes ese miedo. Pero es una de las mejores decisiones que he tomado nunca. Tampoco me esperaba que todo fuera así, ha salido todo... Yo lo describiría diciendo que es como si llevase diez años en el Alavés. Sintiendo cada minuto en el campo, disfrutando de cada momento, implicándome como todos los compañeros. Y al lograr el objetivo sentía la felicidad de todo Gasteiz, ha sido increíble.
– Y de paso ya es historia del Deportivo Alavés. En el futuro se recordará el gol de Villalibre en el 129.
– Soy consciente de que eso queda para siempre, pero es trabajo de absolutamente todos, ha sido un año impecable.
– ¿Qué han sido estos cinco meses para Asier Villalibre?
– Cuando llegué metí dos o tres goles, empiezas de puta madre y esa imagen engaña un poquito. He ido mejorando mucho, he progresado mucho. Aquel inicio puede engañar, pero he acabado mucho mejor de lo que vine, a nivel de sensaciones, de confianza, físicamente, futbolísticamente... He ido de menos a más y para mí lo que implican estos cinco meses es eso, un avance muy grande.
– ¿Y el futuro?
– No es momento de hablar de eso. Ahora estoy aquí y es momento de celebrarlo, no de pensar qué va a pasar la temporada que viene.
– Pero si no hay sitio en el Athletic el Alavés será opción preferencial.
– Yo aquí he estado muy feliz, pero ahora mismo no estoy pensando en lo que va a pasar el año que viene, estoy pensando en la celebración en la balconada. Tengo muchas ganas de ver a los compañeros y a la afición.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.