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El mejor botín que el Alavés obtuvo en San Mamés no fue solo estirar el sueño europeo, sino trasladar a su estadio ese escenario de partido a vida o muerte, de final impostergable. El conjunto albiazul mantiene con un fino hilo una fantasía que ha ... alimentado desde septiembre, y la gran baza -casi la única- que presenta en la recta final de la Liga está en la fortaleza de su feudo. Ni el Athletic ni el Valencia, los dos adversario que le preceden en la tabla y que todavía son alcanzables, cuentan con dos compromisos en su estadio, a diferencia del cuadro vitoriano. Y aunque Mendizorroza haya festejado un solo triunfo en toda la segunda vuelta, los hombres de Abelardo se aferran al poderío que exhibieron hace bien poco en su coliseo particular.
Casi todos los componentes que presentaba el derbi del pasado sábado se repiten hoy, en otro duelo territorial contra la Real Sociedad, con la notable diferencia de que el Alavés ha logrado una ventaja casi intangible en su feroz carrera por el billete continental. Las siete jornadas que encadena sin conocer la victoria desde el último parón de Liga han sepultado su brillante candidatura europea hasta convertirlo en un aspirante que trata de recuperar el terreno perdido a última hora. Los albiazules necesitan ahora solventar sus dos compromisos domésticos para conservar su meta sin despojarse de la calculadora. No pueden permitirse un nuevo partido decoroso sin cosechar la victoria, ya que la marcha de la segunda vuelta ha ralentizado por completo el ritmo de puntuación que promediaron hasta el ecuador de la campaña.
El Alavés alimenta la esperanza a base del orgullo que exhibió ante el Barcelona y la mejoría que experimentó contra el Athletic. Fue en el choque ante los rojiblancos, de hecho, cuando los vitorianos amasaron mayores méritos y firmaron más ocasiones de gol que su adversario por primera vez en mucho tiempo. Los albiazules rozaron la victoria en la recta final, y solo un zapatazo de falta de Beñat, que además fue el único disparo a puerta de los bilbaínos en todo el choque, les privó de recuperar la séptima plaza a tres jornadas del final.
La realidad marca que el margen de error del Alavés se ha reducido a la mínima expresión, hasta el punto de que a día de hoy, no depende de sí mismo para sellar el pasaporte continental. Ni siquiera un pleno de triunfos le reserva una plaza para la próxima edición de la Europa League. Eso sí, en caso de lograr la victoria en sus tres últimos compromisos, los albiazules alcanzarían los 56 puntos, que en los últimos años han servido para concluir la Liga en séptimo lugar.
El Alavés recuperó el brío en la última jornada y a eso se aferra para afrontar el trascendental encuentro ante la Real, que acude a Mendizorroza sin objetivos más allá de una remota opción por finalizar séptimo. Pero esa inverosímil posibilidad ni siquiera figura en el discurso del vestuario donostiarra, que trata de cerrar la campaña de la manera más elegante posible mientras dirige ya su mirada hacia la reconstrucción de la próxima campaña. Los hombres de Abelardo, además, arrastran las bajas de Rodrigo Ely y Guillermo Maripán. Es decir, la retaguardia solo contará con un especialista en su eje (Laguardia), además del recurso de Ximo, muy empleado por el Pitu durante toda la temporada.
No obstante, la recuperación de Duarte, Pacheco y el restablecimiento de Inui, que llegó entre algodones al choque ante el Athletic, alivian el parte de bajas del Alavés, que posee la plantilla exacta para confeccionar la convocatoria para hoy (18 jugadores).
El vestuario afronta el duelo de esta tarde como el último tren hacia Europa, esa meta que acercaron con una primera vuelta titánica hasta convertirlo en un objetivo alcanzable, y que hoy se ha transformado de nuevo en un sueño lejano. «Todo pasa por este partido», reconoció Martín Agirregabiria el jueves, en una sentencia que habría llevado la rúbrica de cualquier jugador albiazul. Y es que en caso de que el Alavés naufragara en Mendizorroza y el Athletic se impusiera mañana en su visita al Valladolid, la posibilidad de obtener el visado europeo quedaría pendiente de una carambola imposible para las dos últimas jornadas, ya que los vitorianos arrastran una ligera desventaja en el 'average' general.
El aplazamiento que consiguió el Alavés con el empate de Borja Bastón en San Mamés concluye hoy a las 18.30, cuando comenzará la cuenta atrás hacia el desenlace. En él se concentran las últimas opciones de los albiazules por sellar el ansiado billete continental, que va tomando forma de lucha cerrada entre el equipo vitoriano y el Athletic en la recta final de Liga. Y casi todo dependerá de la fortaleza que exhiba Mendizorroza.
La grada de animación, ubicada en el fondo de Polideportivo, volverá a animar hoy en el derbi ante la Real Sociedad con el regreso a la actividad de Iraultza 1921. El grupo de aficionados albiazules anunció su retorno la víspera del derbi ante el Athletic, y hoy alentará al equipo en el penúltimo asalto que acogerá Mendizorroza. Iraultza, que cesó su actividad hace casi un mes, empujará al Alavés pero no exhibirá «por ahora» sus principales símbolos, a la espera de que su nombre desaparezca del denominado 'grupo de riesgo' y regrese a la normalidad de etapas anteriores.
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