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Les separan poco más de cincuenta kilómetros y ambos se han construido sobre los mismos principios. Alavés y Eibar tienen mucho en común. Curtidos durante años en categorías inferiores -hace no mucho, en 2013, subieron juntos a Segunda- han conseguido en los últimos cursos ... aferrarse a su plaza en Primera. Sólidos en casa y con un marcado perfil físico, vuelven a medirse en un derbi. El horizonte, el mismo de siempre: sumar tres puntos para alejar a un rival directo en la lucha por la permanencia.
Esa línea temporal casi paralela ha permitido que muchos jugadores se hayan puesto ambas camisetas. Ya desde hace medio siglo, el trasvase de jugadores de un lado al otro de la muga ha sido habitual. Su rendimiento, en algunos casos, muy diferente. El paso de muchos por Ipurua fue fugaz, pero dejaron huella en Mendizorroza. A otros les pesó la camiseta albiazul, pero gozaron como armeros.
Dos de ellos vivirán en primera persona el partido de mañana. Uno, sobre el césped. El otro, en la grada. La tarjeta amarilla que Manu García vio contra el Valladolid le impedirá reencontrarse con Takashi Inui. El japonés ha vuelto a la ciudad armera este verano. Hace uno se embarcó en el reto del Betis y, en enero, tuvo que buscar refugio en Vitoria. Como albiazul marcó dos goles en doce encuentros, pero su chispa se apagó poco a poco. Ahora afronta su quinta temporada en el Eibar y busca el nivel que le encumbró. Son ya más de cien sus partidos con esa camiseta.
263 ha jugado Manu García con el Alavés. Su historia es bien conocida. Llegó en Segunda B, ascendió a Segunda y con el brazalete de capitán alcanzó la élite. Pero le tocó picar mucha piedra antes de probar el caviar. Nada más llegar a Vitoria, en la 2009-2010, se vistió de azulgrana. Jugó mucho, 39 encuentros, pero al terminar la temporada vio cómo Manix Mandiola -otro que se ha sentado en ambos banquillos- le dejaba sin ficha. Tras pasar la primera mitad del nuevo curso en blanco, se marchó a Logroño.
Equilibrio
El año pasado, junto con Inui, también convivió con otro jugador que triunfó en Ipurua. Borja Bastón llegó a Vitoria el verano pasado cedido por el Swansea. Su objetivo, recuperar el nivel que dio con el Eibar. Era su primer año completo en Primera, con 23 años, y arrasó. Anotó 19 goles en 39 encuentros y se ganó un multimillonario traspaso a la Premier League. En Mendizorroza no encontró ese nivel. 5 goles en 27 partidos fue su bagaje.
Hay que retroceder algo más, no mucho, para dar con otros dos casos de jugadores que dieron su mejor nivel en tierras armeras. Ander Alaña fue capitán del Eibar en Segunda B, ascendió, y jugó 144 partidos en seis temporadas. A Vitoria llegó poco después de salir de Eibar, en un mercado de invierno. Su rendimiento, aquí también, fue bueno. Aunque breve. Tras año y medio en el que fue titular indiscutible, el club decidió no renovar su contrato. Más claro es el caso de Iban Fagoaga. Canterano del Eibar, también superó de largo el centenar de partidos. Tras seis años en el primer equipo armero y uno en el Granada, recaló en Vitoria. Marcado por los problemas físicos permanentes, sólo jugó un partido con el Alavés. En concreto, 42 minutos contra el Rayo, segados por una roja directa.
Otros han encontrado su madurez en Vitoria. Antonio Karmona y Edu Alonso pasaron en su juventud por las filas del Eibar. El lateral estuvo cedido los primeros meses de la 1996-1997. No pasó de noviembre, cuando el Athletic le llamó para debutar con el primer equipo. El último de sus 6 partidos con el Eibar fue, precisamente, contra el Alavés. En Vitoria jugó cerca de 200 -varios en Primera- en siete temporadas. En Mendizorroza coincidió unos meses con el capitán Karmona. El de Bermeo dio, en el verano de 1996, el salto desde el Eibar, con el que jugó una temporada, a Vitoria. Tras ser un líder indiscutible, volvió a Eibar para retirarse.
Algo más tarde fue Jito el que hizo el camino inverso. Tras dos temporadas coronadas con unos notables 23 goles en Vitoria, marcó 6 en su único curso en Eibar. La lista es amplia. Algunos dejaron buen regusto en ambos clubes. Uno, el hoy delegado albiazul Lluis Codina. Será uno de los que vuelvan a cruzarse el domingo en el que es un transitado camino de ida y vuelta.
22 jugadores han pasado por ambos equipos en dos décadas. El último, el japonés Takashi Inui, ahora de vuelta en Eibar.
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