Maider Etxebarria
Alcaldesa de Vitoria-Gasteiz
Miércoles, 24 de abril 2024, 00:45
Una serie sobre la historia y el futuro del estadio de Mendizorroza, que cumple cien años
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Celebramos el centenario de 'Mendi' como el símbolo de una comunión. El lugar en el que la afición ha llevado en volandas al Deportivo Alavés durante décadas es el ... símbolo de una identidad local. Es un lugar en el que hemos disfrutado, sufrido y vivido la pasión del fútbol. Sentimientos que arrancan desde el mismo momento en el que sabes que hoy vas a ver al Glorioso. Mendizorroza es una ida y vuelta en comunidad; es deporte en estado puro; es una historia de mañanas, tardes y noches especiales.
Resulta inevitable relacionar este aniversario con todo lo que hemos vivido en Mendizorroza y su entorno más próximo. Siempre he practicado deporte, forma parte de mi vida. Y creo que hay que poner en valor el esfuerzo y la capacidad de superación que implica. Tengo esa mirada desde que era una niña. Esa pasión que rodea al deporte, a veces tan difícil de explicar, la hemos vivido a lo largo de los años en Mendizorroza, un campo que en comunión con su afición ha sido el escenario de tantas emociones, alegrías y, por qué no decirlo, decepciones. Pero, al margen de resultado, la afición del Glorioso siempre ha mantenido esa sensación de orgullo colectivo, porque sabíamos que aquel Alavés era el mejor Alavés posible.
Mendizorroza no es un sentimiento exclusivo de quienes son alavesistas. El campo y su entorno no solo están ligados al fútbol, sino también a momentos sociales relevantes, a tardes de paseo o de piscina acompañadas del rugido de esa caja de resonancia albiazul. Con permiso de los lectores, quiero tomarme la licencia de recordar a modo de homenaje a todas esas personas, hombres y mujeres, que ya no están con nosotros pero que vibraron en la grada de 'Mendi'. También a las que no podían acudir al campo, pero que animaron al Glorioso desde la distancia. Esas personas que, cuando llegan los momentos especiales como el que vivimos en junio del año pasado en Valencia con el partido del ascenso a Primera, vuelven a nuestra mente.
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También quiero poner en valor la importancia de todas aquellas actividades, entre ellas las vinculadas al deporte, a la hora de fomentar, además del beneficio económico y la generación de empleo, el desarrollo un modelo de vida saludable. Actividades, convocatorias y eventos que refuerzan la promoción de Vitoria-Gasteiz en base a un concepto que implica competición en positivo. Que en muchas ocasiones, como en el fútbol, favorecen el trabajo en equipo. Y que de alguna manera nos ayudan a inculcar la importancia del compañerismo, el cumplimiento de objetivos comunes y el respeto al adversario.
Y ya que estamos, no me resisto a decir que la política sería mucho mejor si asumiera valores deportivos. Como los que asimilan, casi sin querer, los niños y niñas que acuden a Mendizorroza para ver a sus ídolos y que sueñan con ser como ellos. Que llevan con orgullo la camiseta. Que serán la afición del futuro, que llenarán las gradas en casa y en otros estadios y renovarán el compromiso con unos colores.
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Ellos saben ya, como lo supimos nosotros, que el Alavés ha evolucionado en su estructura e impacto social y que, conservando la humildad del pasado, lucha por avanzar. Que quiere consolidarse en la máxima categoría, reforzando su carácter competitivo bajo la premisa de una exigencia constante. Y en este sentido, el vínculo entre la ciudad y el Alavés sigue vivo. Se trata de un compromiso que queda plasmado cada vez que el equipo juega en Mendizorroza, que a pesar de los achaques sigue siendo nuestro mejor estadio. La infraestructura de mayor aforo, el recinto municipal más adecuado de la ciudad a la hora de albergar fútbol profesional.
No cabe duda de que 'Mendi' ha cambiado mucho a lo largo del tiempo, ha mejorado pero la familia albiazul sabe que hay un debate sobre la mesa en base a las mejoras pendientes. Es el momento de tomar decisiones teniendo en cuenta si hay que remodelar el estadio actual o abrir la puerta a un proyecto de mayor calado en consonancia con lo que han hecho otros clubes europeos. Es evidente que hoy en día, los campos de fútbol son mucho más que un terreno de juego.
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Por eso, no basta con mirar al pasado con nostalgia o analizar el presente. El club y su afición también deben mirar al futuro. Y en ese horizonte, no cabe duda de que el Deportivo Alavés quiere dar nuevos pasos para consolidar su proyecto y alcanzar la excelencia deportiva. Eso implica tener un campo mejor, a la altura de un referente deportivo capaz de poner a Vitoria-Gasteiz y al territorio en el foco. No es una decisión sencilla y por eso lleva años sobre la mesa. Como alcaldesa, tengo muy claro que el Ayuntamiento debe seguir respetando los tiempos del club y acompañar su análisis teniendo en cuenta el interés general. Debemos confiar en la reflexión necesaria para alumbrar un proyecto puntero y adaptado al siglo XXI. Mientras tanto, alta la frente. Este sentimiento colectivo albiazul, en constante desarrollo gracias a las nuevas generaciones, forma parte de un modo de vida y asegura una visión a largo plazo que va más allá de lo explicable y lo tangible. Por eso, celebramos el aniversario del templo del alavesismo porque, además de un estadio, Mendizorroza representa el espíritu combativo de un club que siempre pelea por seguir avanzando.
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