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La selección de Guinea Ecuatorial, con el guardameta albiazul Jesús Owono como uno de sus puntales, vive una situación surrealista. El combinado africano debe enfrentarse este lunes a las 14 horas contra Namibia en Sudáfrica. Es un choque clave en su objetivo de clasificarse por primera vez para el próximo Mundial. Pero, menos de veinticuatro horas antes, la plantilla sigue concentrada en Guinea Ecuatorial sin saber cuándo se va a viajar.
Así lo ha denunciado este domingo la expedición de la Nzalang Nacional por medio de un comunicado publicado en sus redes sociales. En él, varios jugadores denuncian la situación y critican la falta de respuestas de la Federación del país. Entre ellos también toma la palabra el propio Owono, portero titular del equipo. «Estamos todos en shock», resume el guardameta del Deportivo Alavés.
La situación es difícil de explicar en el contexto del fútbol profesional y una competición con la importancia de la fase de clasificación africana para el Mundial. Guinea Ecuatorial compitió el viernes como local contra Santo Tomé y Príncipe en Malabo, capital del país. Se impuso por 2-0 y entonces se preparó para desplazarse a Sudáfrica. Ahí juega su rival como anfitrión desde hace un lustro, mientras avanza en la complicada construcción de su estadio nacional.
Un desplazamiento de «entre 7 y 9 horas de vuelo», hasta el extremo sur del continente, para el que Guinea Ecuatorial no tiene aún fecha ni hora. Y el tiempo juega en su contra, pues el encuentro ante Namibia está programado para este mismo lunes a las 14 horas. Su rival, en cambio, ya está en Polokwane -son países vecinos, del que Namibia se independizó en 1990- e incluso ha podido entrenar en el estadio del encuentro con normalidad.
La plantilla de Guinea Ecuatorial denuncia también la falta de información por parte de los directivos del fútbol nacional. «Sentimos que se está jugando con nuestro sueño», lamenta Emilio Nsue, capitán y gran referente del equipo. La situación es tal que gran parte del material de la selección lleva días empaquetado para el viaje, lo que ha impedido al equipo ejercitarse con garantías. «Llevamos dos días sin dormir y sin entrenar. Dos días en los que no sabemos nada. No tenemos los medios suficientes para tratarnos. Estamos poniendo en riesgo nuestra integridad física», explican los jugadores.
«Estamos esperando una respuesta que nunca llega», apostillan. La única información que han recibido es que «en teoría» el viaje se producirá en la madrugada del domingo al lunes. Pero sin tener conocimiento a ciencia cierta de a qué hora se producirá el desplazamiento ni de cuál es la hoja de ruta. «Creemos que quizá ni lleguemos a la hora del partido. Sin dormir, cenar o entrenar. Estamos muy preocupados. No se trata de nada económico ni relacionado con otra cosa», recalca la plantilla.
Una situación siempre complicada y que merma de forma evidente sus opciones de victoria, pero que además llega en el peor momento posible. No en vano, Namibia es la gran rival de Guinea Ecuatorial por hacerse con la segunda plaza del grupo, toda vez que Túnez domina y parece muy complicada de alcanzar. Solo el primero accede de forma directa al torneo; cuatro de los nueve mejores segundos disputan la repesca.
Cinco puntos separan a Namibia (11) de Guinea Ecuatorial (6). La Nzalang Nacional arrancó con pleno de triunfos, pero una sanción por alineación indebida de Nsue -por no haber tramitado de forma correcta en 2013 su paso de las inferiores de España a Guinea Ecuatorial- dejó al equipo sin puntos y obligado a remontar. Poco a poco ha ido limando la desventaja -dos triunfos en tres partidos-, pero a falta de cuatro jornadas no se puede permitir errores. No en vano, buscan la primera clasificación de su historia para el Mundial. Aunque cumplir con ese sueño sea cada vez más complicado. «Nadie duda del compromiso de esta selección. Nuestro corazón nos dice que defendamos a nuestro pueblo, pero no sé dónde está el límite», sentencian los capitanes.
No es la primera vez que los jugadores de Guinea Ecuatorial tienen tiranteces con la Federación. Hace un año, en febrero de 2024, el capitán Nsue llegó a llamar «ladrones» y «corruptos» a los directivos del estamento tras haber sido apartado por supuesta indisciplina. Sucedió semanas después del notable concurso del combinado en la Copa África. Entonces los jugadores denunciaron incumplimientos, entre otros aspectos, en el pago de las primas por rendimiento. Así, varios futbolistas, entre ellos Owono, se ausentaron de forma voluntaria de la siguiente convocatoria en forma de protesta.
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