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Existe un concepto en la jerga donostiarra para definir, no sin cierta ironía, los problemas crónicos de la Real Sociedad en los últimos años: la realada. Esta palabra hace referencia a la tendencia del equipo a fallar en el momento menos propicio, cuando tiene todo ... de cara para vencer. Tempranas eliminaciones coperas contra rivales de inferior categoría, insospechadas remontadas en contra... la realada era parte ya de la mitología de la Real Sociedad. Hasta que llegó un hombre de la casa como Imanol Alguacil para zafarse de la incómoda etiqueta.
El entrenador, canterano, exjugador y aficionado del equipo donostiarra, ha transformado desde el banquillo a la Real Sociedad. Ha contagiado a su plantilla la naturalidad y franqueza que caracterizan al de Orio. El equipo txuri-urdin se ha quitado los complejos para jugar un fútbol bueno, bonito y exitoso. Tanto, que con casi un tercio de Liga jugado el equipo es líder de la Liga. Es el insospechado candidato a un título que ninguno de los dos grandes, a tenor de su juego, parece anhelar.
Muchos son los factores que pueden explicar la mejoría de un equipo que durante años ha vivido un rumbo titubeante. Tras lamentar fichajes fallidos y proyectos naufragados de entrenadores como David Moyes, Eusebio o el exalbiazul Asier Garitano, la Real Sociedad ha recuperado el rumbo. El tándem formado por Imanol en el banquillo y Roberto Olabe en la dirección deportiva da resultados. En el último lustro han ingresado más de cien millones en ventas. Y apenas ha superado la barrera de los diez de coste en un puñado de piezas.
Esa celebrada estabilidad económica -cerrará el caótico curso pasado con un ligero beneficio- se sustenta en una cantera siempre prolífica, pero a la que han logrado impulsar a otro nivel. Diecisiete futbolistas de la primera plantilla donostiarra han pasado por Zubieta. A ellos hay que sumar otros que, aunque compiten con el filial, también han tenido minutos este año. Algunos, como Le Normand, llegaron ya cumplida la mayoría de edad. Pero otros -Elustondo, Gorosabel o el prometedor Zubimendi- han vivido desde niños su método formativo. Hasta 26 futbolistas han participado ya esta temporada en Liga. «Hay una buena plantilla, y sobre todo lo que se ha dado por llamar profundidad de armario», apuntaba la leyenda Roberto López Ufarte hace unas semanas en este periódico como una de las claves.
Mikel Oyarzabal, uno de esos jóvenes, sobresale por encima de todos. A sus 23 años y con un lustro ya en Primera, ha heredado con naturalidad el rol de Xabi Prieto. Porta con soltura el brazalete de capitán que por jerarquía pertenece a Asier Illarramendi, pero que el centrocampista no ha podido lucir en el último año por sus problemas físicos. Oyarzabal no sólo es el máximo goleador de la Real, sino también de la Liga, y su influencia en el juego es total. Parta desde la izquierda, como es habitual, o lo haga por dentro, el momento de la Real se entiende por el momento de Oyarzabal. Su confianza se refleja en su actuación desde el punto de penalti. Ha marcado los cinco que ha lanzado este curso.
Los donostiarras han marcado seis en once jornadas. Prueba de que en el campo contrario, rondando el área rival, es donde más cómodos se sienten. Lanzan el ataque con su buena salida de balón, el puro talento de centro del campo impulsa el juego y es el ataque el que transforma. Los donostiarras son el equipo de la Liga que más dispara desde el área pequeña y menos desde fuera del área grande. Es el conjunto más goleadores la Liga. Aunque apuntan entre sus pocas tareas pendientes lograr un mayor impacto goleador de sus dos puntas habituales, Willian José e Isak.
El éxito de la Real Sociedad también se explica, en fondo y forma, por el nombre de David Silva. El canario se convirtió en agente libre en verano tras una década brillante en el Manchester City. Y, entre todas las ofertas, aceptó la donostiarra. El que plantea Imanol era el ecosistema ideal para su juego. Aunque su forma física colocaba ciertos interrogantes. Sólo una lesión muscular de la que ya está recuperado -estará hoy en el duelo de Europa League ante el Rijeka- le ha sacado del once. Todas las piezas encajan en Anoeta. Las realadas son ya cosa del pasado.
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