«El sitio donde fui feliz»

Ciudad Lorquí, Betis B, Melilla, Jaén y Tenerife hasta llegar a Primera con el Almería. Después, Granada y Alavés, donde se convirtió en héroe al convertir el tanto que llevó al club albiazul a la única final copera de su historia. «Uno de los mejores momentos de mi carrera, sino el mejor, levantar a una ciudad entera con un gol», evoca el canario, que, de nuevo, tras un solo año en Mendizorroza, volvió a emigrar. Al Cruz Azul mexicano, a cambio de 2,4 millones de euros. El sino de su carrera, perfilada por el talento y la irregularidad. Virtud y defecto que caminan de la mano de Edgar.

De la virtud nadie duda. Ya lo demostró en Mendizorroza. «Nos va a aportar profundidad, desequilibrio y, sobre todo, gol. Desde segunda línea tiene buenos números y vamos a poder mejorar en esa faceta. Lo incorporamos convencidos de nos va a hacer mejores», explica el director deportivo albiazul, Sergio Fernández. Del defecto hablan los números. También los de Vitoria. El canario fue titular trece veces en la primera vuelta y solo cinco en la segunda, cuando Pellegrino optó por el abnegado trabajo de Toquero por delante del talento de Edgar, al que el 'Flaco' prefería fresco en los minutos finales. También en aquel histórico partido ante el Celta: salió en el minuto 78, marcó en el 81 y se retiró lesionado en el 89.

Tras dos años y medio en México, «una experiencia espectacular», tres títulos incluidos (Copa, Supercopa y Copa de la Liga), ha llegado el momento de volver. «Se cierran ciclos y siempre tuve claro que me gustaría volver al Alavés antes que a cualquier otro equipo de la Liga. Uno quiere regresar a donde se siente bien», subraya el tinerfeño. «Desde que se fue siempre tuvo el deseo de volver. Nosotros considerábamos que nunca debió salir, pero era el momento de experimentar otras vivencias y le han servido para ser mejor persona y mejor futbolista», precisa Sergio Fernández.

Así se siente el propio Edgar Méndez, que tiene claro que «uno de los mejores momentos de un futbolista es de los 28 a los 32». Ahora tiene 30. Y ha firmado hasta 2022. Sus mejores años. «Puedo aportar experiencia, dar un poco más de velocidad al juego y profundizar un poco más las llegadas. Y trabajo», apunta el canario, que busca en Vitoria la regularidad que no ha tenido esta temporada en tierras mexicanas: solo once partidos en el Torneo Apertura, seis como titular (551 minutos en total); solo uno en el Clausura, desde el banquillo (un minuto). Sin aportación goleadora.

«No he tenido la continuidad que hubiese querido en los últimos meses, pero físicamente me encuentro bien. Ahora debo adaptarme otra vez a los horarios y todo lo que conlleva, pero con un poco de tiempo voy a estar bien», explica el propio jugador, que se pone desde ya a disposición de Garitano. Para lo que haga falta, incluido el partido del viernes ante el Eibar. «Yo me veo para todo», concluye.

En banda, en principio, aunque también pueda actuar por dentro. «En ambos perfiles lo puede hacer perfectamente», destaca Sergio Fernández. Su hábitat natural. En su primera etapa en Mendizorroza actuó principalmente por la derecha, aunque en Primera, en las filas del Almería, despuntó por la izquierda, a pierna cambiada, a las órdenes de Francisco. El director deportivo asegura que el club tiene plena confianza en el resto de extremos, pero, con Edgar a tiro, «no podíamos dejar esta oportunidad de reforzar esa posición». Con Burke, Borja y Burgui en la recámara, los dos habituales de Garitano han sido Aleix Vidal y Luis Rioja, que puede ser el gran damnifcado.