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Una plantilla saturada y un tanto desnivelada. Posiblemente se le parezca, pero no es la foto de familia que el Deportivo Alavés esperaba al cierre ... del mercado. Sellado con las postreras incorporaciones de Oliver Burke y Lisandro Magallán y con el fichaje frustrado de Majeed Waris por los condicionantes salariales que el club, bloqueado por la continuidad de Dani Torres y Guidetti, no pudo ni quiso sortear a última hora.
Se buscaba una salida para ambos, pero no se encontró. Tampoco para Fuchs y Rafa Navarro. El resultado es una plantilla de 26 jugadores -24 senior más Tachi y Borja Sainz, que tienen dorsal del filial-, superpoblada en algunas posiciones y con carencias en otras. Con futbolistas, como el colombiano y el sevillano, que saben que no tienen casi opciones de jugar. El delantero sueco sí debería tener participación, aunque tampoco resulta fácil reenganchar a una pieza anteriormente rechazada. Y el centrocampista galo aparece como incierto fondo de armario en una temporada que hasta diciembre no cuenta con el comodín de la Copa para repartir minutos.
Se mantiene el bloque, catorce jugadores de la pasada temporada: se escaparon piezas importantes como Jony, Calleri o Maripán, pero se mantienen otras como Pacheco, Laguardia, Pina, Manu García, Wakaso, Duarte, Martín... Llegan doce caras nuevas: seis fichajes (Pere Pons, Lucas Pérez, Joselu, Luis Rioja, Fuchs y Tachi), tres cesiones (Aleix Vidal, Burke y Magallán), dos retornos tras préstamo (Javi Muñoz y Rafa Navarro) y un jugador que sube del filial (Borja Sainz).
Una mezcla de veteranía y juventud que Asier Garitano debe tratar de encajar en un bloque que, de momento, no tiene un esquema definido. «No creo mucho en los dibujos. Creo más en la ocupación de los espacios, en tener los mismos jugadores con diferentes roles en cada partido», decía a su llegada el técnico albiazul, que en las tres primeras jornadas, con la plantilla sin cerrar, hablaba constantemente de la necesidad de «adaptarse» a las circunstancias y a las limitaciones. No ha cambiado mucho el equipo. Se fue Maripán y ha llegado Magallán en un cambio hombre por hombre; y entra en escena Burke para reforzar las bandas ofensivas, una zona donde solo estaban Aleix Vidal y Luis Rioja hasta la aparición del juvenil Borja Sainz. El atacante escocés, eso sí, se presenta como la gran incógnita del mercado albiazul.
Con la portería bien cubierta con la seguridad de Pacheco y la solvencia de Sivera, el equipo está bien pertrechado en defensa. La zaga dobla posiciones y hasta las triplica en el lateral derecho -Martín, Ximo y el 'descartado' Rafa Navarro-. Y la demostrada polivalencia de jugadores como Duarte o el propio Ximo refuerza la sensación de estabilidad y garantía. También el centro del campo ofrece alternativas, aunque con matices. Hay siete jugadores para tres puestos, según el sistema utilizado en las primeras jornadas, pero hay cuatro con clara ventaja (Pina, Manu, Wakaso y Pons), Javi Muñoz aún no ha debutado y Fuchs y Torres están señalados por sus salidas fallidas. Y Garitano se ha quedado sin la figura de ese mediopunta llegador en la que, obligado por las circunstancias, está tratando de encajar al capitán Manu García.
Las principales carencias se centran en la parcela ofensiva. Sergio Fernández había insistido durante el verano en la necesidad de contar con cuatro delanteros, pero finalmente, tras la salida de Demirovic y el fiasco de Waris, se quedan tres: Joselu, Lucas y Guidetti. Y uno, el sueco, en entredicho. A priori, si Garitano mantiene la idea de jugar con un solo punta -ha utilizado dos como recurso puntual, si bien aún no ha sentidos las urgencias del resultado-, puede ser suficiente, ya que Burke también puede actuar ahí como recurso.
Más ajustados están los extremos. Cuatro para dos puestos, sí, pero el escocés entrenó ayer en la banda dearecha, por donde se mueven Aleix Vidal y Borja Sainz. La necesaria adaptación a Primera de Rioja, la aclimatación del británico y la juventud del vizcaíno dan pinceladas de incertidumbre a la demarcación, que también espera, con paciencia, la recuperación de Burgui, al que no se le espera hasta octubre.
El Alavés volvió a ejercitarse ayer a puerta abierta, arropado por sus seguidores, en una sesión que tuvo el balón como gran protagonista. Aún sin Lisandro Magallán, último refuerzo. Y sin Guidetti, concentrado con la selección sueca, ni Jeando Fuchs, en Francia con permiso del club. Tampoco entrenó al mismo ritmo Pacheco, aquejado aún de las molestias que le apartaron del duelo ante el Getafe, aunque saltó al césped y no debería tener problemas para volver a la portería ante el Sevilla. Ni Rafa Navarro, en el gimnasio, que finalmente seguirá en el equipo después de que el club no consiguiera encontrarle una cesión -ya ha sido inscrito en la Liga-.
En la primera parte de la sesión se retiró Rodrigo Ely, con una sobrecarga, y tampoco la completó Tachi, que abandonó el césped con una leve cojera mientras se señalaba la rodilla. Sí participó con normalidad Dani Torres, al que el Alavés buscó hasta el final una salida. El colombiano fue utilizado como central en el partidillo, en el que Olivier Burke ejerció de extremo derecho.
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