Alavés 1-1 Celta
La sala de máquinas del Alavés se atascaNueva pareja. ·
Coudet apostó por Benavídez y Guevara para sustituir a Blanco y a Jordán en el medio, pero el equipo no consiguió carburarSecciones
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Alavés 1-1 Celta
La sala de máquinas del Alavés se atascaNueva pareja. ·
Coudet apostó por Benavídez y Guevara para sustituir a Blanco y a Jordán en el medio, pero el equipo no consiguió carburarLa sala de máquinas del Alavés cambió este lunes de operarios. Y no consiguió carburar como acostumbraba. Las bajas de Blanco por sanción y Jordán por lesión obligaron a Coudet a entregar a unas nuevas manos las llaves del 'cerebro' del equipo. Ambos se habían ... convertido en indiscutibles desde la llegada del argentino, habían dinamizado el juego del equipo. Los elegidos para suplirles fueron Benavídez y Guevara. Juntos debían engrasar una parcela que se asemeja a una bisagra: apoyar a la defensa en las embestidas rivales y se encargan de echar carbón al fuego para acelerar los ataques. Sin embargo, ayer el centro del campo estuvo nublado y errático a la hora de combinar algunos pases. Se atascó.
El equipo no encontró ese puente que conecta la salida del juego. El tempranero gol permitió al equipo encarar el partido con otra disposición. Intentó tener la posesión. Amasó el balón con varias combinaciones certeras en su campo. Incluso terminó con el 50% de la posesión. Sin embargo, careció de una continuidad que le permitiese mantener en control al Celta. A la hora de avanzar hacia el campo rival, lo errores salieron a escena. Benavídez entregó el balón al rival en distintos lances, como en el minuto 28 cuando buscó a Kike García y la acción terminó en falta para el adversario. Guevara aportó un punto más de finura, aunque no logró desenredar el juego. El Alavés no encontró la brújula que le orientase en los ataques.
Los primeros compases del encuentro demostraron la falta de minutos en ambos centrocampistas. Guevara volvió a la titularidad el pasado fin de semana contra el Betis; en el caso de Benavídez hay que retroceder en Liga hasta el 1 de noviembre contra el Mallorca, cuando además cayó lesionado en la primera mitad. No solo salieron de partida, sino que además lo hicieron juntos, algo que no sucedía desde la tercera jornada, aquel derbi en el que el Alavés venció (1-2) a la Real Sociedad. La falta de minutos juntos sobre el verde se reflejó en su conexión. Y más ante un Celta que con su dibujo -jugó con cuatro centrocampistas- y su presión propició también a esa falta de entendimiento.
Coudet detectó la situación y optó por introducir a Villalibre en lugar de Benavídez y retrasar la posición de Guridi, confiando en su buen pie para engrasar la maquinaria. Para entonces, el Celta ya había conseguido poner las tablas en el marcador. Pablo Durán encontró un agujero entre el mediocampo y la defensa. Manu Sánchez detectó esta brecha y trató de tapar su disparo a la desesperada, pero sin éxito.
De manera que ya con dos arietes arriba, el equipo tenía claro el cometido. Las bandas se convirtieron en una alternativa con acciones en algunos casos de pura garra y confianza. Prueba de ello, la ocasión que se generó Carlos Vicente en una presión alta a Javi Rodríguez. Le robó el esférico y salió a la carrera. Le sirvió el balón en bandeja a Guridi, pero no aprovechó la clara ocasión. Manu Sánchez firmó una acción idéntica cuando no dio un balón aéreo por perdido y consiguió encabezar una ocasión que no tuvo premio.
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