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Rioja, orgullo albiazul y sangre verdiblanca

Rioja, orgullo albiazul y sangre verdiblanca

La estrella del Alavés, pieza clave en Vitoria, es bético «desde chiquitito» como su familia, algo que nunca ha escondido

Miércoles, 14 de febrero 2024, 00:19

Si un nombre ha unido en los últimos tiempos al Deportivo Alavés y el Real Betis, que este domingo se ven las caras por tercera vez en la temporada, es el de Luis Rioja. El último episodio de una relación latente se vivió hace dos semanas. Entonces, a días de que terminase el mercado de fichajes, el club verdiblanco intentó la contratación del extremo albiazul. No hubo acuerdo entre las dos entidades y Rioja sigue vistiendo de albiazul. Entre los factores esgrimidos a favor del potencial movimiento estaba el sentimiento bético de Rioja. El atacante nunca ha escondido que es, desde niño, aficionado del Betis. Aunque ahora, en su quinta temporada en Vitoria, su corazón verdiblanco siente también en albiazul. Por eso la visita al Villamarín será especial.

Rioja nació en Las Cabezas de San Juan, municipio sevillano de 16.000 habitantes situado al sur de la provincia, casi equidistante a la capital hispalense y Cádiz. Un municipio pequeño para el contexto de una provincia con casi dos millones de habitantes. «Aquí nos conocemos todos», explica el actual presidente del club de la localidad, el CD Cabecense, Diego Román. En este club, Rioja culminó su formación y, tras un año excelente en Tercera con su primer equipo, dio el salto al segundo filial del Real Madrid. Como parte de una comunidad pequeña no se pasan por alto los colores de cada uno. «Es muy raro que tu padre sea sevillista y tú bético. Lo normal es que se herede. Aquí todos sabemos quién es bético y quién sevillista. Hay muy pocos del Madrid o del Barça. Y Luis es Bético completo desde chiquitito», expone Román.

«Hay niños del Betis o del Sevilla. Y niños muy del Betis o muy del Sevilla. Luis siempre lo ha sido. Nunca lo ha ocultado, tampoco que es su ilusión jugar ahí», añade. Pero puntualiza: el extremo es feliz en el Deportivo Alavés. Román lo sabe de primera mano. «Allí está súper a gusto. Está encantado de la vida», confirma. Son ya 175 partidos con la camiseta albiazul. Vigesimoséptimo en el ranking histórico; cerca de nombres como Echeandia, Edu Alonso, Hermes Desio o Rubén Navarro.

El propio Rioja ha sido honesto sobre su sentimiento. «Yo soy bético, toda mi familia es bética. A pesar de jugar en el Alavés, sigo viendo todos los partidos del Betis y los vivo como un hincha más», recordaba en ABC en 2021.

Su ídolo, Joaquín

Entonces explicaba el papel que tuvo su hermano Antonio en ese camino. Con él iba al Benito Villamarín cuando podía. No siempre era fácil para un joven de orígenes modestos como él. «Fui socio unos años. Pero luego, primero por la economía, porque soy de una familia humilde y entraban pocos recursos en casa, y después porque trabajé como camarero y los fines de era lo más fuerte y apenas tenía tiempo, no podía. Eso sí, no me perdía ningún partido, más allá de que pudiera ir o no», explicaba.

Rioja intentaba compensar esas ausencias del estadio con otros esfuerzos. «Como la economía no me permitía tener el carnet de socio, para redimirme un poco me acercaba a los entrenamientos. Tengo fotos con muchos jugadores del Betis», explicaba. Entre ellos, su ídolo Joaquín. Si bien se acaba de retirar, ya pudo enfrentarse a él en varias temporadas anteriores. Tampoco será, ni mucho menos, su primera vez en el Benito Villamarín. Será su cuarto desplazamiento, todos con el Deportivo Alavés; de momento, saldados con un triunfo -el que encarriló la permanencia de la temporada 2019-2020- y dos derrotas.

Rioja tampoco ha escondido nunca su sueño de jugar en el Betis. Tampoco en categorías inferiores logró entrar en la estructura del club helipolitano. Creció en el fútbol modesto y le tocó compaginar el fútbol con su trabajo de camarero. Es más, él entonces se veía más como camarero que como futbolista. «En el Cabecense pensaba que no iba a jugar», explicaba en verano en EL CORREO.

Solo tras su debut sénior se coló en su radar. «Fue todo muy rápido. Estábamos en Tercera y era su primer año de sénior. Él no había destacado mucho en el Juvenil de Liga Nacional. Pero cuando le damos la oportunidad es cuando destaca de manera sorprendente. Parecía que era un partido, pero luego vino otro, otro, otro… Ahí empiezan a fijarse en él. Primero fue el Recre. El Betis tuvo un intento leve. Luego vino el Zaragoza, pero es cuando el Madrid se interesa cuando se hace», evoca Román.

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