La revolución de los novatos

El renovado Barcelona todavía está en proceso de transformación. Soplan aires de cambio. Sobresale aún la figura de Messi, pero emergen caras nuevas. Novísimas. Con Ansu Fati y Pedri como jovencísimos abanderados. El delantero bisauguineano cumple mañana 18 años. El canario alcanzará la mayoría de edad dentro de un mes, el 25 de noviembre. Y en su bisoñez está su frescura. Bocanadas de puro aire futbolístico para el viciado juego culé.

El canario ha participado en todos los partidos oficiales que ha disputado esta temporada el Barcelona -cinco de Liga y dos de Champions-, algo que solo pueden decir cinco compañeros -Messi, Neto, De Jong, Busquets y el propio Ansu Fati-. Premio al talento natural de un diamante en bruto que, fogueado la pasada campaña en Segunda en las filas de Las Palmas-, se presentó en el Camp Nou en verano como meritorio y ha sido titular en las dos citas más importantes en lo que va de temporada, ante el Real Madrid y ante la Juventus.

El miércoles se graduó en Turín, donde se presentó a Europa con una gran actuación -95% de acierto en el pase, seis robos de balón y un quebradero de cabeza constante para el bianconero Cuadrado-. «Considerada su edad, lo que ha hecho Pedri es impresionante», destacó Koeman. Ahí están Griezmann, Dembelé, Coutinho o Trincao -Messi es intocable-, pero el canario ya es uno más en la rotación ofensiva blaugrana. Ya nadie duda del fichaje por 5 millones de euros de un niño de 16 años.

Un talento precoz que tenía a Iniesta y Laudrup como referentes. Al danés, claro, a través de vídeos de Youtube y de las historias que le contaba su padre, presidente de la Peña Barcelonista Tenerife-Tegueste, fundada por su abuelo. Uno de esos futbolistas que interpreta a la perfección los conceptos del juego de manera natural, al que no le hacen falta demasiados adornos porque sabe lo que tiene que hacer con una pelota que, pese a su edad, nunca le quema.

Le sirve de guía la irrupción de Ansu Fati, un coetáneo que asomó la pasada temporada y en ésta ya suma seis dianas, cinco con el Barcelona -cuatro en Liga y uno en Champions- y otro más con la selección. Es su don, el gol, el tesoro más valioso del mundo del fútbol. Su impacto en el área rival es el de aquellos jugadores capaces de cambiar partidos. Criado en las calles de tierra de Bissau y 'adoptado' con seis años por la localidad sevillana de Herrera, entró en La Masía en 2012, en edad alevín. Ocho temporadas y varios récord de precocidad después, es el máximo goleador del Barcelona de Messi.