Entre la reválida y la rampa de salida

El conjunto albiazul buscó el pasado verano la consolidación de su proyecto con la continuidad de varios cedidos que se convirtieron en jugadores fundamentales, y trató de compaginarlo con una regeneración de su plantilla con la mirada puesta en el futuro. Incorporaciones como la de Tomás Pina, por quien el club pagó cerca de 200.000 euros, estaban entre las máximas prioridades de la dirección deportiva. También la de John Guidetti, llamado a ser el faro del ataque albiazul. El sueco, sin embargo, regresó fuera de forma del Mundial de Rusia y no ha llegado a perfilarse como ariete titular. Con contrato firmado hasta 2022, el Alavés esperará a conocer las intenciones de Asier Garitano. La entidad de Mendizorroza aún no ha recibido ofertas formales por el exjugador del Celta, aunque cree que pueden llamar a su puerta durante el verano.

El club, en este sentido, entiende que Guidetti aún posee cierto cartel en el fútbol internacional, por su prometedor despegue y sus habituales convocatorias con la selección. La última citación, de hecho, fue la primera que el delantero se perdió por decisión técnica desde su debut con la absoluta. El Alavés todavía confía en recuperar a Guidetti, su hombre más capacitado para unir el centro del campo con la delantera. Así lo hizo durante la segunda vuelta del pasado curso y de manera muy esporádica en la presente campaña. El conjunto albiazul, no obstante, tampoco cierra la puerta a un eventual traspaso para recuperar los 4 millones que desembolsó por él e incluso sacarle algún beneficio.

Algo más complejas son las situaciones de Adrián Marín y Twumasi, ya que, a diferencia del sueco, todavía no han demostrado poseer un nivel contrastado para Primera División. Ambas son incorporaciones con vistas a futuro, aunque tanto el cuerpo técnico de Abelardo como el área deportiva del club consideran algo decepcionante su rendimiento. A favor del lateral zurdo juega el hecho de haber firmado su mejor campaña en la Liga en el Leganés con Asier Garitano, con quien se encontrará en poco más de un mes. En aquella campaña (2016-17), la primera de los pepineros en la máxima categoría, el carrilero disputó 13 partidos, aunque tampoco logró convertirse en una pieza inamovible para el entrenador de Bergara.

Twumasi, por su lado, se ha encontrado lejos de la evolución que le presuponía el Alavés para su primera temporada en España. No obstante, el club aún confía en su explosión. A día de hoy, es el único extremo diestro puro de la plantilla, al menos hasta tratar de cerrar la continuidad de Inui y que Burgui se recupere de su grave lesión de rodilla. El exjugador del Astana cerró la recién finalizada Liga con once partidos disputados, ninguno de ellos como titular. De hecho, es el único integrante de la primera plantilla que no actuó de inicio en ningún partido.

Además, en el Alavés existen otros nombres que no tienen su futuro garantizado en Mendizorroza. La principal figura de este grupo de futbolistas es Wakaso Mubarak, que finaliza contrato en junio del próximo año y el club debe decantarse entre abordar la renovación o situarlo en el mercado. El ghanés buscó una salida en los últimos periodos de traspasos, pero el relevo en el banquillo puede dar un vuelco a su situación personal.