Reconstrucción en el ataque albiazul

Solo tres atacantes de la actual plantilla tendrán contrato en vigor con el Alavés más allá del 30 de junio. Son John Guidetti, Burgui y Patrick Twumasi. Ninguno de ellos se acerca a la condición de titular indiscutible, al menos ahora con Abelardo. El extremeño, además, no reaparecerá en un terreno de juego al menos hasta octubre, ya que se encuentra en la fase inicial de la recuperación de su grave lesión de rodilla. Es decir, en caso de que Asier Garitano emplease el mismo sistema que ahora utiliza el Pitu, el club albiazul necesitaría como mínimo tres extremos y otros tantos delanteros de cara al inicio de la nueva campaña, siempre y cuando contara con el sueco y el ghanés.

En este escenario, el Alavés considera más que interesante conservar el máximo número de integrantes del actual bloque. Por eso se lanzó a fichar a Jony en febrero, cuando pactó un contrato de larga duración con el futbolista asturiano y un traspaso cercano a los 2 millones de euros con el Málaga. El jeque Al Thani, sin embargo, paralizó la operación y pide ahora 5 millones. El club, no obstante, tratará de abordar de nuevo un fichaje que considera estratégico si el equipo andaluz no logra el ascenso a Primera, lo que permitiría al jugador irse libre a efectos prácticos.

Pero la continuidad de Jony no es la única que intentará cerrar el Alavés. El club busca la fórmula para estirar la estancia de Inui en Vitoria, ya que entiende que puede elevar la calidad y la verticalidad en ambas bandas, pese a que su actual bagaje no haya sido estratosférico. El nipón tiene contrato en vigor con el Betis hasta 2021, pero parece no tener sitio en el equipo verdiblanco, al menos con Setién. El Alavés vería con buenos ojos repetir el préstamo de cara al próximo curso, pero se muestra reacio a pagar un traspaso por un futbolista que finalizará la presente campaña con 31 años.

Más incógnitas existen en la punta de ataque, donde solo Guidetti tiene garantizada la continuidad más allá del 30 de junio. Es más, podría darse la circunstancia de que la plantilla del nuevo Alavés fuera idéntica en las bandas, siempre y cuando cerrase las operaciones de Jony e Inui, ambas muy complejas. Para el rol de ariete, en cambio, el Alavés asume que es casi imposible aspirar a Jonathan Calleri, ya que el Deportivo Maldonado espera al menos 8 millones por su traspaso. Tampoco prevé la dirección deportiva de Mendizorroza ejecutar la opción de compra de un millón de euros que posee sobre Borja Bastón, cedido por el Swansea. A pesar de que el desembolso no es desproporcionado, el rematador cuenta con una ficha que firmó cuando el equipo galés competía en la Premier. Su irregularidad, además, no invita a realizar un gran movimiento.

El futbolista llegó cedido como relevo de calidad para Ibai Gómez y es ahora un objetivo de la dirección deportiva para el verano. Un nuevo préstamo parece la solución más factible.

El Alavés alcanzó un acuerdo con el futbolista y el área deportiva del Málaga para hacerse con el extremo por uno 2 millones. El jeque Al Thani paralizó la operación y ahora pide 5.

El extremeño, que no ha llegado a consolidarse en el once albiazul, fue operado de su lesión en el ligamento cruzado anterior a principios de abril. Estará al menos seis meses de baja.

El ghanés, que llegó procedente del Astana por 1 millón de euros, no se ha aclimatado al equipo ni a la Liga. Es, junto a Burgui y Guidetti, el único con contrato en la línea ofensiva.

Aterrizó en Vitoria sobre la bocina, tras una operación a tres bandas entre el Leganés, donde estaba cedido, y el Deportivo, su propietario. Tan solo ha destacado en un par de encuentros.

El sueco, que actuó como llave del ataque el pasado curso, regresó del Mundial fuera de forma y no ha competido con garantías por un puesto como titular. Firmado hasta 2022.

Su cesión, procedente del Swansea, posee una opción de compra cercana al millón de euros, aunque con una ficha pactada para la Premier. El club tiene casi descartado ejecutarla.

Es el hombre que más impacto tiene en el ataque del Alavés por su definición y, sobre todo, su calidad y esfuerzo. Es un deseo del club, pero su precio (8 millones) es hoy prohibitivo.