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Decía Bill Shankly, entrenador del Liverpool en los años sesenta: «Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que todo eso». Incluso yo también opino que es mucho más que algo de vida o ... muerte, se trata de un ascenso. Bromas aparte, como se suele decir, el fútbol es simplemente lo más importante de las cosas menos importantes. O sea, de esas cosas que no tiene trascendencia en la vida de las personas, pero que le dan sentido. Como en la antigua Roma, 'Pan y circo'. Pan para sobrevivir y circo para darle sentido a la vida. Está claro, no hemos cambiado mucho
Por lo tanto, este decisivo, pero no definitivo encuentro que hoy jugamos contra el Granada, independientemente del resultado se debe considerar más una fiesta, una celebración un motivo de convivencia. No algo bélico, violento, de sufrimiento o de vida o muerte, ya que al fin y al cabo es simplemente fútbol.
En esas buenas intenciones anda el club promoviendo varias iniciativas para hacer que hoy Mendi sea una auténtica fiesta. Iniciativas que animen a acudir al campo, tanto a los más despistados, a los que les falta un pequeño empujón para hacerse fieles o a esa mayoría silenciosa que necesita motivos para animarse a convertirse en aficionado activo. Como en el fútbol el más inmediato siempre es el partido más importante, es este caso, además es decisivo, pero no es definitivo para seguir muy vivos.
Y, claro, ahora hay que plantarse y jugar. Para planteamiento, un ejemplo para ver que no hemos cambiado mucho, el que hace casi 50 años, temporada 1976-77, exigía la crítica alavesista. Decía así un periódico de la época: «¿No puede jugar el Alavés con 4 delanteros?' Son las épocas. Antes, cuando Brasil era el mejor sin discusión, se jugaba el 4-2-4. Ahora, todos emplean el 4-3-3. Pero, digo yo, cuando un equipo dispone de cuatro atacantes, ¿por qué no puede jugar en su casa con esos cuatro mosqueteros en punta? No creo que sea cuestión de tácticas, sino de hombres. Un entrenador debe jugar según los hombres de que disponga. El que debe llevar la batuta ha de ser el equipo de casa y el forastero no tendrá más remedio que acoplarse a ella. Es decir, bailar al son que le toquen. Este planteamiento que hago tiene su fiel reflejo en el Deportivo Alavés para los partidos de Mendizorroza». El teórico de hace medio siglo estimaba que Valdano, Baena, Salamanca y Urquía tenían sitio, los cuatro, en el once. Argumentaba que si uno de ellos se quedaba fuera solo se debía a la consabida táctica del 4-3-3. Con ello lo que se consigue es debilitar el ataque y ya se sabe que en casa lo que hay que hacer es ganar y para ello hay que marcar más goles que el contrario. «Recordemos que no hay mejor defensa que un buen ataque. Y el Alavés lo tiene», finalizaba. Ahí queda dicho. Solo falta que ustedes maticen algún dato y comentario al respeto para ver que lo de hace cincuenta años casi nos vale para hoy.
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