La mejor versión del estilo Alavés 22-23
Play off de ascenso ·
El equipo albiazul estuvo atrevido, intentando dominar territorialmente. Es un empate para el optimismoSecciones
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Play off de ascenso ·
El equipo albiazul estuvo atrevido, intentando dominar territorialmente. Es un empate para el optimismoUn empate ante el Levante que me hace ser optimista para la finalísima de Valencia. Tal vez vimos la mejor versión del estilo Alavés 22-23. Un estilo donde el esfuerzo, la intensidad, la solidaridad colectiva, la contundencia, el orden y la disciplina defensiva no ... se negocian, se dan por hechos. Nos genera ciertas dudas la parte ofensiva.
Pero esta vez, y contra un muy buen equipo, sin mostrar un derroche futbolístico ofensivo estuvimos más atrevidos, aplicando esa idea del juego ofensivo que el míster quiere, intentar dominar territorialmente. Un dominio que haga merodear el área rival, lo que hará que se cumpla eso que él suele repetir, que «en las áreas es donde se ganan o se pierden los partidos». ¿Pero cómo se llega ahí?
Pues, según muestra el mapa de calor, la actividad de siete u ocho jugadores se desarrolló más tiempo en campo contrario. Al revés que el Levante. Eso independientemente de la posesión, que habría que matizar mucho para relacionar una cosa con la otra. Los gráficos muestran un dibujo donde se alterna entre una formación 2-3-4-1 y una 2-4-3-1 –más Sivera, evidentemente–. Con los laterales jugando más tiempo a la altura de los medios centros que de los centrales.
Y a veces el medio centro más ofensivo, Moya en este partido o Sevilla en otros, juegan más cerca del medio punta –Guridi o Róber–, dibujando una línea de cuatro con los dos extremos –Rioja, Abde, Jason–. Incluso en algún partido las estadísticas muestran que los laterales jugaron más tiempo a la altura del medio punta que de los mediocentros. Y luego el delantero centro de turno.
Una demostración de que las formaciones de inicio son solo eso, de inicio. Conclusión, que las intenciones de este equipo son muy ofensivas, pero luego falla su desarrollo. Tal vez las imprecisiones en las combinaciones, la falta de continuidad en cada posesión, las precipitaciones en las decisiones por falta de pausa o de atrevimiento han hecho que a este equipo no le haya lucido más el fútbol ofensivo que se plantea en la pizarra.
Y una mención al filial. Está claro que juega mejor que lo que demostró contra el Sanluqueño. El ejemplo donde cobra toda su intensidad ese mensaje de que en las derrotas se aprende más que en las victorias. Estos chavales están en formación y perder viene bien para aprender. Y para su formación me vale lo mismo una categoría más o menos. A las pruebas me remito. Cuando más jugadores hemos subido al primer equipo ha sido justo cuando el filial estaba en la categoría más baja de la RFEF. Y a estos chavales les hubiera venido bien un poco más de cariño y apoyo de la afición, por aquello de trasmitirles un sentido de pertenencia. Son las lamentables condiciones de Ibaia.
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