Don Marcelo Bielsa dijo una vez en el vestuario después de perder su equipo injustamente: «Hoy perdieron cuando merecieron ganar. La injusticia es bastante común en esta vida. Pero les digo una cosa, muchachos: traguen veneno y vuelvan a tragar, porque yo les aseguro que ... si compiten como lo hicieron hoy en las restantes fechas del campeonato, saldrán campeones». Y lo de traguen veneno seguro que iría más por aguantar pacientemente las críticas del exterior que por la propia rabia que da perder injustamente un partido.
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Visto desde nuestra perspectiva, ahí tiene trabajo el bueno de Luis García para hacer que sus muchachos no pierdan la fe, asegurándoles que el tiempo les dará la razón. Pero, claro, mientras tanto hay que tirar de fe y de sensaciones, porque tanto las circunstancias como los arbitrajes, el azar y las matemáticas no están de nuestra parte.
Al menos, por lo visto tanto en las cuatro derrotas -Cádiz, Getafe, Rayo Vallecano y Osasuna- como en el empate de Vigo. Porque a la hora de las valoraciones a veces somos un poco desmemoriados, ya que cuando las frustraciones se apoderan en el fútbol basta una derrota justa y merecida para olvidarse de la media docena de injustas y crueles anteriores. Y lo que eso afecta directamente a la fe y al ánimo del equipo. Ya sabemos que los atenuantes o las excusas en el fútbol valen hasta que la paciencia del respetable, de la propiedad o del entorno mediático se agoten por no recordar cómo han sucedido las cosas.
Y si queremos disfrutar del equipo, del fútbol y de la competición, debemos tener muy presentes esas circunstancias incontrolables que tanto nos penalizan y no por eso vamos a dejar de ser ambiciosos, exigentes y, sobre todo, coherentes con lo que le sucede al equipo. Y mucho más si estamos hablando de un equipo como nuestro 'Glorioso', donde lo puramente futbolístico está colgado de un hilo; por lo tanto, lo único que pido 'al más allá' es que si las circunstancias no nos favorecen, no pasa nada, pero que al menos no nos perjudiquen. Igual que le pasó a la Armada Invencible en el estrecho de Calais, donde al parecer fueron los elementos los causantes de la derrota, espero que en nuestro caso los elementos no influyan negativamente porque contra eso y contra los rivales no nos va a dar para sobrevivir. Porque lo de merecer ganar siempre depende de nosotros, pero luego ganar ya depende de más cosas, casi todas aleatorias o fortuitas.
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Por lo que respecta al último y polémico arbitraje contra Osasuna, habría que decir lo que el escritor Montalbán: «No hay verdades absolutas, pero sí hay mentiras evidentes». Como que la expulsión de Antonio Blanco se pueda considerar ocasión manifiesta de gol cuando el rival ya había perdido el balón antes del contacto. No sé cuál es la verdad, pero sí sé que no llevamos los puntos que merecemos.
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