Fútbol rico y fútbol pobre

El Villarreal es un ejemplo de gestión deportiva, de filosofía futbolística y de política de cantera, un referente donde nos tenemos que fijar. Que, independientemente de los resultados, circunstancias y categoría, no deja de ser fiel a sus ideas futbolísticas. Han sido capaces de descender a Segunda (2010-11) y ascender al siguiente año sin moverse un ápice de su modelo de gestión, deportivo e institucional. Algo que no es fácil de ver, ya que lo más habitual es renegar del proyecto anterior. Su fuerte es la cantera con una política de captación de jóvenes talentos por todo el mundo y, claro, la ciudad deportiva. Perdón, las dos ciudades deportivas donde terminan de pulir esos jóvenes talentos. Con eso está dicho todo. Es el único club de LaLiga que tiene un filial en la categoría de plata.

Y, hablando de ciudad deportiva, no me puedo resistir a decir algo de la nuestra, de las humildes instalaciones de Ibaia. No sé yo cuántos años llevamos con el proyecto a vueltas y seguimos igual o peor. Patético. Si donde se cuece todo el fútbol del club -la cocina en un restaurante- no se pone el mínimo interés, ¿qué menú se puede servir en el comedor -Mendizorroza-? Pues un menú a pesar de la cocina y por mérito de los cocineros -los técnicos-. Y lo peor es que oigo reclamar cosas como el despropósito de los horarios de LaLiga, el arbitraje o mil cosas más y sin embargo nadie reclama lo esencial de un club, la ciudad deportiva. Increíble.

Algo que me viene bien para enlazar con la segunda parte, la del otro fútbol. El pobre, ese que supone más del 99% de todo el fútbol. No puedo dejar de sumarme a ese grito de socorro que han lanzado desde la Federación Alavesa de Fútbol, con Kepa Arrieta al mando, así como casi todo el fútbol vitoriano en general, por la lamentable situación en la que se encuentran los campos municipales.

Existen mil argumentos que avalan esta queja. Y si alardeamos de ser Green Capital, qué más 'green' y saludable y medioambiental puede ser que fomentar la salud social. ¿Y quién transmite mejor esos valores sociales de convivencia que el deporte en general y el fútbol en particular? Siempre que haya buenos formadores y dado el interés que despierta el fútbol, qué mejor que poder aprovecharlo como herramienta educativa. No existe en el mundo proyecto 'sociomedioambiental' para la convivencia que lo supere. Y con la que está cayendo, falta tiene la juventud de que le quiten las ganas de hacer deporte. Además, pocas instalaciones hay en el mundo que en la relación coste, mantenimiento y uso resulten tan rentables como un campo de fútbol. Por lo tanto, yo reclamo más 'green' en forma de campos de fútbol para la ciudad e Ibaia.