El fútbol es más que fútbol

El contraanálisis ·
Me preocupa no tanto por cómo combatir y contrarrestar tácticamente al Getafe, sino porque podamos caer en la tentación y entrar en su juego.

Raúl Alústiza

Lunes, 28 de agosto 2023, 00:11

Asunto Luis Rubiales. Yo insisto en la teoría que vengo defendiendo desde hace no sé cuántas décadas, la de que «el fútbol es más que fútbol». Pocos acontecimientos en esta vida tienen la repercusión mediática del fútbol. Por lo tanto, poder aprovechar el fútbol como ... algo ejemplarizador que transmite valores y salud social desde la responsabilidad ciudadana del fútbol es obligatorio. Y ojo, que el fútbol somos todos, los futbolistas, su entorno, medios de comunicación, instituciones futbolísticas y aficionados fieles, pasivos e indiferentes. Es más, estos días, como es fácil ir a favor de corriente, se han apuntado muchos en defensa de la causa, y en contra del fútbol. ¡Cuánta hipocresía estoy percibiendo!

Me encajan algunas citas al respecto. El escritor uruguayo Eduardo Galeano decía con cierta ironía: «El fútbol tiene la culpa, toda la culpa, y si el fútbol no existiera, seguramente los pobres harían la revolución social y todos los analfabetos serían doctores; pero en el fondo de su alma, todo uruguayo que se respete termina sucumbiendo, tarde o temprano, a la irresistible tentación del opio de los pueblos». Aquella frase de Bill Shankly, entrenador del Liverpool en los años 60: «Algunos creen que el fútbol es sólo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que todo eso». Albert Camus, Premio Nobel de Literatura en 1957 y futbolista en sus tiempos de juventud, dejó dicho: «Después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que finalmente aprendí a cerca de la moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol».

Y aprovechando la conjetura podríamos unir la idea de la ejemplaridad al partido que nos ocupa. Un partido en Getafe a cara de perro. Me preocupa no tanto por cómo combatir y contrarrestar tácticamente al rival, sino porque podamos caer en la tentación y entrar en su juego. En eso del «Y yo más» o sea, cuánto más bruto, mejor. Mis sospechas están fundadas en que sabiendo que el rival es un tanto problemático en cuanto a su propuesta de juego, me temo que será difícil que reine la concordia, las buenas formas, la deportividad, la estética, el espectáculo, en definitiva, el buen fútbol y la ejemplaridad. Muchos dicen con cierta hipocresía que todos los estilos de juego son respetables. Eso me recuerda a lo de que la libertad de opinar es respetable, pero no todas las opiniones son respetables. Si no estaría el mundo lleno de opiniones 'terraplanistas' respetables.

Y si algo debe cuidar y defender cualquier profesional del fútbol, y mucho más el entrenador, es eso, su profesión, el fútbol. Luego será un equipo u otro el que le pague, pero si no hay fútbol, no hay equipo. Al fútbol no le van a matar los horarios, al fútbol le va a matar todo ese espectáculo soporífero y muchas veces lamentable del 'no fútbol'. Partidos en los que se juega o mejor dicho se juega al 'no fútbol' alrededor de 45 minutos.

¿Qué puedes esperar? Pues todo menos espectáculo, deportividad y ejemplaridad. También hay que decir que la responsabilidad es del reglamento, pero el reglamento somos todos, y el conservadurismo hace estragos en la evolución.