¡Claro que se puede, Alavés!

Y un club también es más que el primer equipo por la repercusión mediática y la trascendencia futbolística de estos últimos partidos en el entorno alavés y alavesista. Motivo que debemos aprovechar como la mejor propaganda para mostrar a todo el mundo, aficionado o no al fútbol, que nuestro Alavés es una institución ejemplar. Independientemente de los éxitos deportivos, sería la mejor forma de ganarnos para la causa a todos esos aficionados pasivos o infieles alavesistas o a esos que miran al fútbol como al culpable de todos los males del mundo. No olvidemos que el club somos todos.

Por lo que respecta al partido de hoy en un repleto Mendizorroza, no voy a decir eso de que tengo miedo, porque eso está muy mal visto en el fútbol; yo lo que tengo es pánico. Me preocupa el Levante porque es uno de los equipos que mejor fútbol realiza y con uno de los mejores entrenadores de la categoría, Javi Calleja. Por cierto, Calleja, un viejo conocido que como es un señor no dirá nada, pero su despido del Alavés, además de ser un gran error, se ejecutó como es costumbre por estos lares, sin miramientos ni contemplación alguna.

Ycasi más que el rival me preocupa que en estos últimos partidos el fútbol ha sido bastante generoso con nosotros. Contra el Levante solo con ser fiables en defensa no nos va a llegar, habrá que hacer algo más ofensivamente. Es curioso o paradójico que cuando llegó nuestro míster y a lo largo del año, ha insistido que la propuesta de este Alavés debe ser siempre atrevida y valiente con balón, intentando llevar la iniciativa del juego, dominado sobre todo territorialmente y por supuesto la posesión con el fin de generar la mayor cantidad de peligro, remates u ocasiones. Pues nunca más lejos de la realidad.

Resulta que hemos terminado distinguiéndonos por ser el equipo al que menos le rematan, de los que menos goles encaja, de los que menos centros concede, de los de arriba de la clasificación que menos posesión tiene, o sea, casi en las antípodas del discurso inicial. Pero como esto es fútbol a veces lo imprevisto es la solución, pues con eso tenemos que morir, porque entre otras cosas es lo que nos ha traído hasta aquí. De ahí la importancia que tiene tanto en el fútbol como en la vida la resiliencia para saber adaptarse a las circunstancias que vayan surgiendo.

Lo curioso es que ofensivamente con este equipo me pasa como en la canción de Serrat: «Me gusta todo de ti, pero tú no». O sea, uno por uno me gustan todos, pero todos juntos, muy poco. Falta fluidez y alegría colectiva, pero a pesar de eso ¡se puede!