La buena noticia son los datos que ha publicado el club sobre el récord histórico de abonados, 17.752. Y mejor todavía, y es que el 36% es de menores de 25 años. Así como señalar que el público femenino representa el 20%. Y recalcar ... el aumento de asistencia durante esta campaña a los partidos de Mendizorroza. Aunque uno es crítico con ciertos asuntos de la gestión del club, lo cortés no quita lo valiente: hay que decir que son unos buenos datos, una muy buena noticia.

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Pero como uno sigue siendo exigente, mejor noticia podría ser si desde el departamento de marketing consiguiesen que esos que consideran abonados, socios, clientes o simplemente aficionados se convirtiesen en incondicionales o fieles alavesistas. Fieles a la causa por conseguir inculcar en ellos ese sentido de pertenencia albiazul. Y para ello no existe en el mundo mejor producto de propaganda que la ejemplaridad. Y no me refiero tanto por lo deportivo, sino a lo social, que es más importante. No se trata de ganarse para la causa a esos diecisiete mil alavesistas actuales. Es cuestión de ganarse a esos doscientos y pico mil alaveses que miran al fútbol de reojo y que pueden ser en un futuro fieles albiazules. Un eslogan: 'Seremos más importantes y queridos por ser ejemplares que por ganar títulos'.

Y la noticia peligrosa es que hoy se juega La Copa en Terrassa. Esa competición en la que existe el peligro de hacer el ridículo en las primeras eliminatorias. Por eso el de hoy no es un partido importante, es un partido peligrosísimo, por el hecho de jugar contra el Terrassa, un equipo tres categorías menor. En estos casos lo peor no es perder, sino la cara de bobo que se te queda. A ver, ¿con qué cara sales del campo, te presentas en las entrevistas posteriores o saludas a la gente por la calle si te ha eliminado un equipo tres categorías menores que tú? No hay gesto facial que lo disimule.

Seremos más importantes y queridos por ser ejemplares que por ganar títulos

Si sonríes con una risa falsa, te dicen: 'Y encima se ríe'. Si apareces lamentándote o lloriqueando, que eres un blando, un flojo. Si apareces con gesto serio y como si nada, te llaman lo peor, indolente. Si das muchas explicaciones, dicen que donde hay que hablar es en el campo. Y si no las das, mira ahora no dicen nada. Si te explicas con un profundo contenido futbolístico, menos teoría, más narices y más juego. Y lo peor, si no te echas la culpa, no pides perdón y prometes que no volverá a ocurrir, te tachan de falta de autocrítica. De cualquier manera, nunca habrá excusa, atenuante o razón que pueda paliar una crítica despiadada. Sin embargo, al equipo menor, que ha sido el causante de tal desaguisado, ya que un buen día tiene cualquiera, todos los honores. Se le ponderan como si fuese el ejemplo de competitividad futbolística. Algo que no deja de ser una incongruencia, ya que, si fuese así, ¿por qué no lo hacen todas las jornadas en su liga? Así, igual un día consiguen llegar donde ha llegado su rival. Pues eso, como dijo uno: 'Papá, esto es fútbol'.

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¿Y quiénes corren mayor peligro? Evidentemente los de la segunda unidad. Si se gana, no pasa nada, era lo esperado, pocos méritos ni reivindicaciones que valgan. Pero, ¡ay, si se pierde! Confirmado, por algo son la segunda unidad.

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