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Cuando se juega contra el Athletic más que un derbi entre hermanos lo podríamos definir mejor como un derbi entre primos. Como todos sabemos, su política deportiva de solo jugar con jugadores vascos no es una buena idea para hacer amigos o llevarse bien entre ... provincias hermanas. Ya que eso de entrar sin miramientos y llevarse los chavales para las instalaciones de Lezama suele escocer bastante. Me pregunto ¿qué pasaría si el asunto fuese a la inversa, invadiendo otros sus dominios vizcaínos?
Bueno, pues por todo esto, por ese entorno muy tirado hacia adelante, o sea muy bilbaíno, porque es un buen equipo que juega muy bien, aunque sus aficionados más críticos no lo reconozcan por esa excesiva ambición bilbaína, y porque tenemos infiltrados cinco alaveses y un alavesista en su equipo, es motivo suficiente para que este derbi contenga una dosis mayor de emoción, interés y casi morbo. Pero cuidado, porque podemos caer en la tentación de alegrarnos más por ver perder al rival que por ganar uno mismo. Son las debilidades humanas.
Y digo lo de cinco alaveses y un alavesista porque en el Athletic juegan cuatro jugadores alaveses, el portero Unai Simón, los defensas Óscar de Marcos y Vivian y el mediocampista Mikel Vesga, y un entrenador, 'El Txingurri' Valverde, además de un alavesista, Asier Villalibre. Por cierto, le he escuchado al alavesista de Gernika ser más agradecido con nuestro 'Glorioso' y en parte más alavesista que los otros cinco alaveses del Athletic. Alaveses que de una o de otra manera, todos han pertenecido y se han formado, sino directamente en la cantera del Alavés, sí en su estructura. Aunque entiendo su discreción, porque por aquellos lares bilbaínos se consideraría un acto de alta traición hablar bien de sus orígenes futbolísticos.
Pero como lo cortés no quita lo valiente, también hay que decir que, por lo que respecta a su filosofía puramente futbolística y de cantera, me generan una gran admiración. Por lo tanto, me resultan inevitables las comparaciones y viendo lo que ellos han invertido y siguen invirtiendo en la cantera y en su ciudad deportiva de Lezama, y lo que nosotros hemos invertido en los últimos cien años en la nuestra, Ibaia, es cuando cobra más fuerza aquello de que las comparaciones son odiosas.
Haciendo un paralelismo con el negocio de la hostelería, en un restaurante ¿qué es más importante el comedor o la cocina? Yo creo que los dos, pero donde se cuece todo es en la cocina, o sea la ciudad deportiva, y donde se presenta y se come el menú es en el comedor, o sea, el estadio. Pues, al César lo que es del César y al Athletic lo que es del Athletic. Porque lo tiene todo, impresionante comedor, San Mamés, pero todavía mejor cocina que es un referente mundial, Lezama. Y por supuesto, unos comensales que, a pesar de ser muy exigentes con el menú dado su talante bilbaíno, no dejan de ser algo tirados para adelante pero ejemplares.
Pero ojo, en esto último la envidia somos nosotros, los alavesistas. Porque, aunque seamos menos, somos más fieles, más entregados, más humildes y sobre todo más felices, porque, aunque la cocina, Ibaia, no es presentable, ni tampoco el menú de tres tenedores, al menos somos lo suficientemente agradecidos como para disfrutar de lo que nos sirven en Mendizorroza.
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