El puzle albiazul recupera piezas

El pacense estuvo parado durante su confinamiento. El capitán ha podido hacer entrenamiento individual, como mostró él mismo en sus redes sociales. Complicada su presencia en tierras gallegas después de casi un mes de ausencia, en buenas condiciones al menos, pero su regreso alivia los problemas en el centro del campo albiazul, que sufrió demasiado en Huesca, sin Battaglia, Manu ni Pons, con Pina y Jota como únicas piezas disponibles. Quizás por eso Machín probó a Lejeune como pivote en el partido de Copa, como posible alternativa física de cara al futuro.

Fue uno de los ensayos que propició el 'entrenamiento' ante un rival de nivel inferior como el Rincón. También Adrián Marín probó una nueva posición, en el eje de la zaga, donde el técnico quiso explorar la velocidad del murciano al corte. O el rendimiento de Tavares como extremo derecho, discreto. O el cambio de banda, a la izquierda, de Borja Sainz, uno de los más destacados en el primer tiempo en La Rosaleda. Pocas conclusiones se pueden extraer, en cualquier caso, de un duelo tan desigual. Pocas reivindicaciones reales hasta que la segunda unidad, que tiene su oportunidad en Copa, se encuentre enfrente un listón más alto de exigencia.

El más favorecido, siempre dentro de ese marco de evidente desigualdad, fue John Guidetti, autor de los dos goles. El sueco, además, le puso ganas, en contraste con un Deyverson al que le costó entrar en el partido y, cuando lo hizo, estuvo desacertado. El brasileño ha pasado de jugar 385 minutos en las primeras ocho jornadas ligueras a disputar solo once en las siguientes cinco. En ese bajón asoma el sueco para pedir una oportunidad como alternativa a los indiscutibles Lucas y Joselu.

«Yo solo puedo trabajar duro, esperar mi momento y, cuando llegue, intentar marcar goles y ayudar. He jugado más de cien partidos en Primera (113), Mundial y Eurocopa, tengo la calidad para jugar en este equipo. Solo necesito seguir así y, cuando el míster me meta en el campo, tratar de ayudar a mi equipo», declaró tras el partido el escandinavo, «contento» por su vuelta al once, «porque un futbolista disfruta cuando juega, ninguno está contento cuando no lo hace».