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Guridi intenta poner un centro en una acción ofensiva. Prensa2
Minera-Alavés

Los trazos borrosos de la pizarra de Coudet en su debut con el Alavés

El renovado sistema del técnico, con dos delanteros, laterales ofensivos y construcción desde atrás vivió un bautismo gris

Jueves, 5 de diciembre 2024

Coudet quiere ver desde el primer día su sello en el Deportivo Alavés. Da igual que esa oportunidad inicial sea el encuentro tan excepcional como el enfrentamiento copero contra la Minera. De cita habitual para los suplentes pasó a una prueba de lo que ... podría plantear en cualquier encuentro de la máxima exigencia competitiva. Así resolvió el Chacho el mar de interrogantes que se planteaban en su estreno. Un debut novedoso en la forma, pero continuista en el fondo. Seis de los que partieron de inicio contra el Leganés repitieron en Cartagonova.

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Los primeros encargados de poner en práctica el libreto del Chacho fueron los jugadores de plena confianza para Luis García. Los secundarios, en especial Villalibre, fueron la excepción. Tanto, que el técnico apostó por alienar bajo palos a su portero titular. Una decisión del todo inusual, pero también una señal de que aspira a una adaptación exprés a sus conceptos.

Hasta el arranque, bien pudo haber sido un planteamiento cualquiera de Luis García. Aunque la presencia de dos delanteros ya auguraba algo diferente que se plasmó en la disposición de las piezas. Coudet se lanzó a su sistema. Aunque la primera muestra del 1-4-1-3-2 llegó en frasco pequeño. Algunas trazas discontinuas de lo que el Alavés quiere ser, pero que todavía está lejos de poder plasmar. Por eso el argentino también optó por otras fórmulas más convencionales para sacar como fuera la tarea adelante. Era cuestión de esquivar el revolcón a las primeras de cambio.

El cuarteto del medio

En el sistema de Coudet los centrocampistas tienen una importancia capital. Cuatro futbolistas llamados a adoptar diversos roles aún en proceso de comprensión. No es fácil pasar de la noche a la mañana, sin apenas adaptación, a un fútbol tan definido como el que plantea el nuevo técnico del Alavés. En esa sala de máquinas Antonio Blanco ejercía como mediocentro más retrasado. El cordobés se metía entre los centrales para intentar sacar el balón con mayor comodidad. Esa era una de las señas de identidad: intentar construir en corto desde la defensa. Una idea discontinua, desengrasada, que también obligaba al equipo a recurrir al juego en largo.

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Seis de los titulares ante el Leganés, incluido Sivera, repitieron en Cartagonova

Ese reposicionamiento de Blanco movía el resto de piezas. Los centrales se abrían y, fruto de ello, los dos laterales ganaban muchos metros y se situaban casi en el centro del campo. De esta forma, los dos falsos extremos, Guridi y Carlos Vicente, se metían hacia dentro para intentar abrir líneas de pase y dejar los carriles libres para los laterales. Especialmente marcada era la tendencia del guipuzcoano, en la práctica más un mediapunta que jugador de banda.

Aunque el Alavés de Coudet acaba de nacer y por ello las pruebas se fueron sucediendo durante el partido. El sistema inicial mutó por momentos a un 4-4-2 más tradicional en el que Jordán y Blanco compartían altura en el centro del campo, pero con los teóricos extremos manteniendo su tendencia de jugar hacia dentro. Las bandas quedaban libres para buscar, sin mucho éxito, centros de los laterales. Las urgencias y la necesidad de esquivar un sonrojo acabaron con las pruebas y activaron el instinto de supervivencia para salvar como fuera una noche gris.

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Kike se sitúa con su doblete como máximo goleador del equipo

Kike García fue un revulsivo necesario para el Alavés. Titular en Liga, esperó desde el banquillo una oportunidad de emerger en la renovada apuesta ofensiva de Coudet. Salió en el 55 y apenas tardó cinco minutos en marcar su primer gol. Después volvería a responder en un momento crítico con un sobresaliente lanzamiento desde el punto de penalti. Pero luego se quedó sin lanzar en la tanda que decidió el duelo.

El doblete del ariete de Motilla del Palancar le permite situarse en cabeza en la tabla de máximos goleadores del equipo vitoriano. Son cinco ya las dianas del conquense. Dos más que los segundos de la tabla, Toni Martínez y Carlos Vicente.

De esta forma Kike supera ya sus registros de la temporada pasada, que terminó con tres goles. También logra acabar con su particular maldición. Sus tres goles de esta temporada los había anotado en partidos saldados con derrota: Celta, Real Madrid y Valladolid. Aunque el final ante la Minera resultó también amargo.

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