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La expedición del Deportivo Alavés aterrizó el sábado al filo de las cinco de la mañana en Foronda con la sensación de estar viviendo un ' ... deja vu'. El empate (2-2) ante Las Palmas revivió en el vestuario albiazul un sentir tan familiar como desagradable. «Se nos escapa otra vez en el tiempo adicional», se lamentó Eduardo Coudet después de ver cómo el conjunto canario logró la igualada con dos goles en el descuento –minutos 90 y 95–. Una pesadilla que se ha repetido demasiadas veces esta temporada, costándole al equipo, desde que lo dirige el Chacho, ocho puntos por los goles encajados a partir del minuto 85. Con sólo la mitad en su zurrón sacarían cuatro a la zona de descenso. «En cada partido nos pasa algo diferente», confesó Asier Villalibre verbalizando el sentir de un vestuario que sigue en la carrera por la permanencia a pesar de recibir un golpe tras otro en el descuento.
Las victorias transformadas en empates ante Leganés (3-3), Valencia (2-2) y Las Palmas (2-2) y las igualadas convertidas en derrotas en Mendizorroza frente a Girona (0-1) y Espanyol (0-1) han tenido como denominador común los tantos en contra en el epílogo. Sin embargo, los caminos alavesistas para llegar a perder sus tesoros han tenido diversos mapas. «Hemos tratado de cerrar los partidos de diferentes maneras, con distintos jugadores, y hemos perdido muchos puntos. No son dos ni tres. Tendremos que seguir trabajando en ello», resumió un Coudet cuyo equipo ha intentado conquistar sus victorias tanto buscando ampliar su renta como protegiéndola. En Las Palmas y con 0-2, optó por preservar su ventaja dando entrada a Garcés y a Benavídez en el último cuarto de hora por Jordán y Carlos Martín. «La idea era estar fuertes en el medio, con tres centrales y dos pivotes, pero la jugada del penalti los metió en el partido», explicó el Chacho. «Nos hundieron a través de lanzamientos largos desde el portero. No queríamos, pero nos obligaron a retroceder», añadió.
Y el plan que sí funcionó ante Mallorca (1-1) y Villarreal (1-0) no lo hizo enLas Palmas. «Cuando nos ponemos con línea de cinco creemos que es para achicar balones, pero también podemos salir arriba. Es un fallo que hemos cometido los que estábamos dentro. Nos hemos ido metiendo atrás y nos ha perjudicado», apuntó Villalibre. Los goles de Fabio en el minuto 90 y de Moleiro en el 95 les castigaron como el de Munir en el 88 en Butarque, cuando la inclusión de Pica y Benavídez por Kike García y Aleñá no sirvió para amarrar el triunfo.
8 Puntos
Ha perdido el equipo del Chacho por los goles recibidos a partir del minuto 85
«Los cambios fueron para cerrarlo, para generar superioridad en nuestra área, pero no fue una solución», afirmó entonces Coudet. El argentino optó por guardar el triunfo en vez de buscarlo como había hecho en otros choques. «Hemos perdido puntos por errar conceptualmente, por esa ambición o necesidad de ganar y de dejar de proteger lo que teníamos en la mano», asumió el Chacho. Un diagnóstico derivado de los resbalones en Mendizorroza frente al Espanyol y el Girona (0-1). Ante los dos bloques catalanes, el Alavés coleccionó ocasiones, los porteros rivales paradas y al final fueron penalizados por los «errores individuales» que tanto les han lastrado.
Eduardo Coudet
Entrenador del Alavés
«Hay que estar más concentrados en los instantes finales porque el fallo queda más expuesto», avisó Coudet. Frente al Girona, el error en el despeje de Diarra dejó franco a Solís para marcar en el minuto 91 el tanto de la victoria visitante. Y ante el Espanyol, el maliense y toda la defensa falló en la marca de Calero, que anotó en el 86 el 0-1 final. Dos mazazos en dos contextos en los que el Alavés apretó en busca del triunfo dando entrada a delanteros como Villalibre o Toni Martínez. Pero el gol no llegó a su favor y sí en contra.
En Las Palmas, los albiazules tuvieron una «mayor dificultad en la parte física», como reconoció el Chacho, teniendo que sustituir a Toni Martínez y Carlos Martín. Una situación parecida a la de Mestalla, cuando las lesiones de Guridi, Sivera y Pica condicionaron su planteamiento como las de Martín y Jordán ante el Girona. Ingredientes que han hecho que el Alavés llegue con menos cartas a unos epílogos en los que también juegan otros factores.
«No podemos echarle toda la culpa a la mala suerte. Tenemos que trabajar la parte mental», asumió Coudet. «Es lógico que cuando ves el resultado a favor te entre un poco más de miedo. La cabeza es así», detalló Villalibre tras un resultado que fue un bajón. El empate de Las Palmas se une a los sufridos en los minutos finales y a domicilio ante rivales directos como Valencia y Leganés. Sin embargo, el mensaje en el vestuario tras el 2-2 fue de corregir errores y de seguir por un camino que les ha dado cinco de los últimos nueve puntos. El parón les servirá para limpiar la mente y para arreglar unos descuentos que no paran de restar.
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