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Florian Lejeune tiene dos años más de contrato, aunque no se plantea otra cosa que su presente como albiazul. Lo vive con Laguardia como pareja ... de baile, con el que reconoce hablar «mucho» durante los encuentros. El galo ha encontrado en Vitoria la continuidad que perdió en el Newcastle tras romperse la rodilla dos veces en un año cuando jugaba «el mejor fútbol» de su carrera. Del cuadro inglés y del fútbol de las islas guarda un excelente recuerdo y comparte con Joselu, su compañero allí, confidencias sobre el nuevo destino del equipo tras ser comprado por un fondo de Arabia Saudí.
- ¿Qué le da Laguardia como pareja en defensa?
- Es una muy, muy buena persona, dentro y fuera del campo. Hablamos mucho durante todo el partido para ayudarnos, tranquilizarnos… Al final somos los que tenemos que colocar al equipo.
- Tiene dos años más de contrato. ¿Su futuro puede depender del destino del equipo?
- Yo no pienso en el futuro personal. Yo solo pienso en salvarnos.
- Se rompió el ligamento cruzado de ambas dos rodillas en apenas un año cuando jugaba en Inglaterra. ¿Qué aprendió de eso?
- Fue duro porque me pasó en mi mejor momento, cuando estaba jugando el mejor fútbol de mi carrera. Cuando te rompes una rodilla es mucho más probable romperse la otra después. El apoyo de la gente fue importante y pude volver pronto, a los cinco meses estaba jugando. Luego cuando volví el entrenador había cambiado. Por eso quise salir.
- Llegó a fichar por el Manchester City en un movimiento extraño, porque no debutó. ¿Cómo lo vivió?
- Ese verano también pude fichar por el Eibar. Por entonces el Manchester City iba a comprar el Girona. Tenía dudas por el Eibar porque no sabía si iba a quedarse en Primera y con el Girona porque tenía problemas económicos. Un día me llamó el director deportivo del Girona y me dijo que el Manchester City quería ficharme. Fue sorprendente. ¿Por qué querían a un jugador de Segunda? Pero me permitió seguir en Girona. Ahí estaba muy bien, muy contento.
- Su último club, el Newcastle, centró hace unos meses los focos al ser comprado por un fondo saudí. Los aficionados, para celebrarlo, se disfrazaron de jeques. En el club coincidió con Joselu. ¿Les sorprendió todo ese proceso?
- Para lo del disfraz los ingleses son así (ríe). Pero sí, hablé con Joselu del tema. Al final estoy feliz por ellos. Es un club que estaba pasándolo mal y sus aficionados son muy buenos. Juegan en un gran estadio para más de 50.000 espectadores. Estuve muy bien en Inglaterra, es una liga que tiene algo especial.
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