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En Ibaia, Miguel trabaja con esmero la definición para tratar de materializar el máximo de ocasiones posibles. Lleva 4 goles, pero no marca desde el 1 de noviembre. RAFA GUTIÉRREZ
Miguel de la Fuente | Delantero del Alavés

«Me pican las ocasiones falladas. Los delanteros estamos para el gol»

El atacante pucelano examina sus cinco meses sin marcar y dobla el pronóstico de Luis García. «Vamos a subir directos»

Sábado, 25 de marzo 2023, 00:35

Pese a indicar que no le gusta mucho el postureo, Miguel de la Fuente (Tudela de Duero, Valladolid, 1999) aguanta estoicamente la sesión fotográfica. Está alcanzado una madurez que le permite admitir errores del pasado. «Antes me gustaba el salseo», admite con recelo. En su ... interior todavía habita el niño que creció con la «libertad» de un pueblo, al que regresa cada vez que libra para seguir ampliando su colección de camisetas de fútbol. Las más especiales, «la de Benzema» y la de su único gol en Primera, el año pasado con un Alavés por el que apuesta por el ascenso directo. El pasado martes, visitó a los niños de San Viator.

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– ¿Qué le transmitieron?

– Alegría y confianza. Yo he estado al otro lado. Cuando iba a ver algún entrenamiento del Valladolid y se acercaba algún jugador me hacía ilusión. Son momentos que no olvidas.

– Los jóvenes cada vez ven menos fútbol. ¿Se está volviendo más aburrido?

– No creo que sea cuestión concreta de que el fútbol haya cambiado y sea peor. Ahora hay muchas más opciones para entretenerte. Yo no veo mucho fútbol. Solo algunos partidos de Primera o Segunda. Tampoco otro contenido de deportes. Veo la King 's League –competición dirigida por Gerard Piqué–, que está cautivando a los chavales, pero tampoco me convence. Prefiero las series, los videojuegos y estar tranquilo con amigos.

– ¿Hay pique albiazul con la consola?

– Juego al NBA con Owono e Imanol Baz y al Fórmula 1 con Jason. Y sí, nos picamos. Soy muy competitivo. Hay que ganar siempre y soy capaz de reventar el mando o cerrar la partida si no va como quiero (ríe).

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– ¿Cómo era Miguel con 7 años?

– Un chaval de pueblo. De estar todo el día en la calle, feliz, sin distracciones y con libertad.

– ¿Qué es ser de pueblo?

– No tener ataduras horarias. Estaba apuntado a fútbol, pero no tenía ninguna extraescolar más. Quedas mucho más con tus amigos, pasas muchas horas en la calle y forjas un carácter distinto, más independiente y desarrollado que en la ciudad. Mis padres tenían que venir a buscarme para llevarme a casa a cenar. Volvía del colegio, dejaba la mochila, comía y pasaba toda la tarde fuera.

– ¿A qué futbolistas admiraba?

– De pequeño sí veía fútbol y me encantaba Saviola y Ronaldo Nazario. Y luego ya Benzemá.

– ¿Qué tal los estudios?

– Bueno (risas). Acabé la ESO, estaba en primero de bachillerato y en enero se fue un jugador del filial del Valladolid. Me ascendieron y entrenaban por las mañanas. Lo intenté por las tardes pero… nada. Me gustaría acabarlo de cara al futuro. No sé cómo me va a ir en el fútbol ni a lo que me voy a dedicar después, pero ahora no me planteo estudiar.

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– ¿Quién le traspasó la afición por el fútbol?

– Mi abuelo por parte de mi madre, Bernardo. Siempre me puso un balón en los pies. Me llevaba a verle jugar pachangas con las peñas. Sigue vivo y es de los que más ha disfrutado del proceso. Estoy muy agradecido de que me haya podido acompañar.

– ¿Sus padres eran de los que iban a todos lados a verle?

– Vienen a todos los partidos si no es muy, muy lejos. De pequeños siempre me han llevado, me han esperado a que saliera de entrenar, todo. Mi padre es supercallado, no le gusta nada hacerse notar como ahora veo. Creo que ahora los padres se piensan que todos los niños tienen que llegar a ser futbolistas. Olvidan que es un juego y que con esa edad lo que tienen que hacer es disfrutar. No tienen que meterle esa presión y creo que para el chico no tiene que ser agradable ver a sus padres enfrascados en discusiones e insultando a todos. El ambiente que hay ahora en la base no es el adecuado.

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BURBUJA DEL FUTBOLISTA

«No me gusta. Echo de menos la libertad del pueblo y jugar con mis amigos»

– ¿Cómo procesó fichar por el Valladolid a los 13 años?

– Jugaba al fútbol sala y me llamó el padre mi mejor amigo. Me apunté con diez años a fútbol siete y ahí el Valladolid me llamó. No me cogieron, me dijeron que a casa. Y ahora mismo lo agradezco. Estuve dos años más en el pueblo, jugando con mis amigos, que es lo que más echo de menos. El día a día con ellos. Destaqué mucho en infantil y ahí sí me cogieron en el Valladolid. Fue una locura ver toda la infraestructura y recursos que tenían.

– Fue quemando etapas. Juvenil, internacional sub-19, debut en Primera, gran temporada en Segunda B. ¿En qué momento se sintió profesional?

– Cuando llego al Valladolid, no me imaginaba lo que iba a venir después. Solo lo disfrutaba. Pero una vez hice la primera pretemporada con el primer equipo, con Luis César Sampedro, metí goles pero no volví a subir todo el año. Y eso me picó a decir el año que viene que hacer la pretemporada y quedarme. Me vi muy cerca, pero en el filial jugué poco ese año. No tuve buena relación con el entrenador, Miguel Rivera. No hice todo lo correcto para jugar. Luego, el último año, quería estar en el primer equipo y así estaba estipulado desde el principio, pero me dejaron en el filial y fue mi mejor año, con 15 goles y un equipazo que hizo play off.

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«Antes me gustaba el salseo»

– Sale mal del Valladolid. Acaban en los juzgados.

– Yo tenía una cosa hablada que no cumplieron. En el proceso de renovación, quería quedarme allí, porque lo considero mi casa. Me daba igual el tema económico, nunca ha sido importante para mí. Pero salió el conflicto y a la afición me dio la espalda. Creo que yo tampoco actué bien. En ese momento me gustaba el salseo y me tenía que haber quedado callado. Pero no tengo rencor y me gustaría volver a jugar allí algún día.

– Se le ve muy autocrítico.

– Sí. Fue difícil esa etapa porque todo el mundo me insultaba en las redes sociales. Gente que conozco de toda la vida del pueblo, entrabas a Twitter y veías que me insultaban. Luego me los cruzaba en la calle y me saludaban de buenas. Era joven, no lo entendía y entré al trapo varias veces. Ahora lo veo y pienso que no tenía que hacerlo. Salir de casa me ha hecho verlo de otra forma.

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– Viven en esa burbuja futbolística en la que el resto solo puede entrar por las redes sociales.

– A mí me da igual lo que me pongan. Pero sí me fijo y estoy pendiente pero me da igual.

– ¿Entonces por qué lo mira tanto?

– No sé, es un impulso. Me gusta verlo, pero no me afecta. Va en el sueldo. Tengo claro a lo que me dedico, que estoy expuesto a miles de personas, pero soy fuerte, sé que los goles son rachas y que la gente cambia mucho de opinión. Lo importante es tener autoestima y no dejarte influenciar y que la gente te hunda. Eso sí, la burbuja futbolística no me gusta. Prefería tener más libertad pero... ahora mismo tiene que ser así.

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– ¿Cuánto tiene de mental el fútbol?

– Bastante. Si no estás confiado y tranquilo… se ve en el campo. No hay que dejar que tu misma cabeza te saque de lo que tienes que hacer. Si trabajas y le pones empeño, ya haces todo lo que se puede hacer para que las cosas salgan bien. No puedes venirte abajo porque las cosas no lleguen.

MAL AMBIENTE EN EL FÚTBOL BASE

«Los padres de ahora se creen que todos los niños tienen que ser profesionales»

– Después del Pucela, tuvo un buen final de temporada en Leganés y firma por el Alavés hasta 2025. ¿Cómo reaccionó cuando le comentaron por primera vez esos cuatro años de contrato?

– En Leganés no fue un buen año, apenas jugaba al principio. Estaba en el pueblo, hablaba con mi agente a menudo, que me decía las ofertas. Cuando escuché la del Alavés, un histórico en Primera, no quise saber más. Tardé en firmar por temas del club y agentes, pero tenía muy claro que quería venir aquí. Es la mejor oportunidad de mi vida.

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– El año pasado, en su primer año en Vitoria, nada salió bien.

– Fue un mal año a nivel deportivo de todos y en lo personal, no jugué todo lo que me hubiera gustado, pero es lo que hay. Los entrenadores jugaban solo con un punta y estaba Joselu, que aho ra es internacional. Lo tomo como un año más de aprendizaje, de llevar situaciones complicadas, y este año estoy jugando como a mí me gusta aunque preferiría llevar más goles.

– Indiscutible en las 23 primeras jornadas, se lesiona, llega Villalibre, marca tres goles en dos partidos y Sylla también enchufado. ¿Qué piensa?

– Estuve jugando un mes que no podía ni andar. Desde Granada, no estaba apto. Es la rabia de querer estar bien pero no estarlo. Y después de Burgos, tuve que decir que no podía más. Ahí ya estaba Sylla, iba a venir Asier y no era necesario que forzara. Pensaba en las ganas de poder ayudar, porque no estar es una putada. Espero que la gente lo recuerde y que sepa que es algo que volvería a hacer aunque luego me haya tocado estar un mes y medio parado. Cuando volví convocado en Mendi, la gente me aplaudió y me marcó ese cariño.

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– ¿Mejor de segundo delantero como en Ponferrada o único punta?

– No tengo preferencia. Estoy cómodo en las dos.

– Pero cuando está solo, por su estilo de acercarse al medio recibir el balón, le falta presencia en el área.

– Sí, es parte del juego que tenemos y ahí es el míster el que tiene que decidir qué le viene mejor al equipo.

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– Desde el inicio, se puso en duda la capacidad goleadora del equipo. ¿El delantero se siente sometido a un juicio constante?

– Un delantero está para meter goles. Pero la gente tiene que entender que no siempre las cosas salen como queremos. Ves la clasificación y estamos bien en goles a favor. No hay un tío que haya metido 18 como Uzuni en el Granada, pero entre todos estamos metiendo muchos goles.

RAFA GUTIÉRREZ

– No marca desde el 1 de noviembre. ¿Eso es una losa?

– Si lo pienso, sí. Me gustaría marcar más. Hay partidos que no te llegan pero en otros he tenido ocasiones y no las he aprovechado. Eso es lo que realmente me pica.

– ¿Es su peor racha goleadora?

– He tenido peores, pero jugando con regularidad será la peor. Estoy contento con mi juego pero tenía que a ver aprovechado más algunas ocasiones.

– Todos los futbolistas tienen un gol guardado en el corazón. ¿Cuál es el suyo?

– El del año pasado al Espanyol, mi primer gol en Primera. Mis padres guardan muy bien esa camiseta. Tengo muchas en Valladolid. De todos los equipos de Primera. Más de 100. La más especial, la de Benzemá.

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– ¿Y la primera?

– Creo que es la de Ronaldinho en el Milán con el 80. De pequeño no era de pedir camisetas a mis padres. Tardé en aficionarme.

A «evitar alargar el ascenso»

– Sin tapujos. ¿Va a subir el Alavés?

– Creo que sí. Llevamos todo el año ahí y porque ahora nos haya llegado una mala racha… los partidos no han sido malos, solo que no ha entrado. En Ponferrada perdimos por un balón parado y tuvimos tres clarísimas que el portero se las encontró. Nos quedan muchos enfrentamientos directos y creo que subiremos directos. Y si hay que ir al play off, eso es otro mundo. Nosotros con el apoyo de Mendi y a ida y vuelta somos muy fuertes. Quiero pensar que vamos a subir directos y hacer todo por evitar alargarlo.

– ¿Que Luis García dijera el pasado viernes que el Alavés va a ser uno de los tres que asciendan fue algo consensuado?

– No. Hemos hablado mucho todo el año y desde el primer momento lo pensamos. Él nos transmite esa confianza y nos lo lleva diciendo ya un tiempo.

– ¿Qué pasaría si el Alavés no sube?

– Pues a jugar otro año en Segunda, hacerlo lo mejor posible, reunir buen equipo e intentar subir otra vez.

RAFA GUTIÉRREZ
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