El Alavés, una oportunidad difícil de rechazar

Con el fichaje de Pere Pons, presentado este viernes y que llega para dar un salto de calidad en una posición siempre compleja como el centro del campo, la dirección deportiva de Sergio Fernández vuelve a repetir una estrategia que hasta ahora le ha resultado exitosa. Pons recala en Vitoria procedente del Girona, recién descendido a Segunda División. Los albiazules se han convertido en expertos en aprovechar los descensos de otros para apuntalar su plantilla.

Esa desgracia ajena abre puertas que de otra forma serían inaccesibles. Un descenso obliga a una reestructuración económica notable. Para ello, muchos clubes deben vender para ingresar dinero y liberar masa salarial. Pero, en Segunda, la posición de fuerza a la hora de exigir un traspaso elevado se reduce. En ocasiones, además, la cláusula de rescisión baja hasta una cifra asumible. Así ha sido en el caso de Pons.

A ello hay que sumarle el deseo del futbolista, que muchas veces busca mantenerse en la élite pese al descenso. En un deporte colectivo como el fútbol, el rendimiento individual es sólo una pieza más del engranaje grupal. Un jugador que desciende en una plantilla puede destacar, o al menos mejorar el rendimiento colectivo, en otra.

Desde que el Deportivo Alavés ascendió a Primera y encomendó la parcela deportiva a Sergio Fernández, el leonés ha sido un asiduo a este tipo de jugadores. Todos los años ha hecho al menos una incorporación de este tipo. La de Pons ha sido la primera de esta temporada.

En el verano de 2016 llegaron cuatro jugadores en esta situación. Tres de ellos, de un Levante que había abandonado la Liga anterior como farolillo rojo y tras dejar una sensación decepcionante. El Alavés pescó a orillas del Turia a Zouhair Feddal, Víctor Camarasa y Deyverson. Sólo el primero llegó en propiedad. Los otros dos, como cedidos. Algo habitual, por otra parte.

Ninguno está ahora en Vitoria, pero los tres dejaron sensaciones positivas en una temporada histórica. El central, que llegó a coste cero tras una temporada muy discreta, fue pieza clave de la zaga y se marchó traspasado al Betis sólo un año después dejando beneficio económico. Camarasa, en el centro del campo, y Deyverson, en la delantera, se reconciliaron con su mejor nivel. El valenciano se ganó el traspaso al Betis y el carioca fue el máximo artillero albiazul en Liga.

Burgui y Mubarak Wakaso, los dos que llegaron al año siguiente, se mantienen en la plantilla actual. Ambos ficharon por el club con una fórmula sensiblemente diferente. El primero había estado toda la temporada cedido por el Real Madrid en el Sporting. El segundo había militado en el Granada desde enero, pero su ficha era del Panathinaikos griego. Descendieron con sus equipos, pero el Alavés aprovechó su deseo de mantenerse en Primera para adquirir sus derechos. El extremo no ha encontrado su sitio en las dos temporadas y, en su tercera, deberá luchar para lograr su sitio cuando se recupere de su lesión de rodilla. El ghanés, aunque irregular, ha sido una pieza de valor para todos los técnicos albiazules.

El verano pasado llevó a Vitoria a otros cuatro jugadores por el mismo método: Ximo Navarro, Jonathan Calleri, Jony y Borja Bastón. El primero -el único en propiedad de los cuatro-ha sido una pieza importante en la gran temporada que han cuajado los albiazules. También se compañero Calleri, que aterrizó cedido por el Deportivo Maldonado, club para el que nunca ha jugado pero que maneja el fondo de inversión del que es propiedad. Esa compleja situación le obligará a buscar un nuevo destino en este mercado. En cualquier caso, su único año en Vitoria sólo se puede calificar como exitoso.

Algo diferentes son los casos de Jony y Bastón. El asturiano recaló desde el Málaga, con el que había empezado la temporada pero que, visto su bajo rendimiento, lo había cedido al Sporting. El descenso de los andaluces, en cualquier caso, no cambió sus planes de prestarlo a otro equipo. Bastón llegaba desde un club extranjero, pero con el mismo patrón que el resto. Ya había jugado cedido en el malogrado Málaga y el Swansea, recién descendido, quería encontrarle una salida.

A ellos, además de Pons, se les puede sumar Miérez. Cedido este año en el Istra, el descenso a Primera B del argentino Tigre facilitó su traspaso a Vitoria. La fórmula no es perfecta -en muchas ocasiones la cesión sólo permite al Alavés un difrute a corto plazo-, aunque ayuda a completar una plantilla con jugadores de otra forma casi inaccesibles. Este año, el Alavés ya ha vuelto a abrir esa vía y sólo el mercado determinará si vuelve a hacerlo en las próximas semanas.