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Órdago a mayor en Canarias del AlavésVisita a la isla de Gran Canaria de un Deportivo Alavés que se juega en el último partido de la temporada el ascenso directo a Primera división ante un Las Palmas al que le vale el empate. Al conjunto vitoriano no le queda otra que arriesgar en un campo minado por una afición local 'pequeña' que, por experiencia propia, puede volverse en su contra. Fruto de su localización geográfica le salpica cierto fanatismo propio de las hinchadas sudamericanas, donde te la juegas al 'todo o nada'.
Blanco o negro. No hay término medio y pasas de héroe a villano o al revés en cuestión de segundos. Los de un descuento después de noventa minutos. Cuando el tiempo parecerá eterno si se presupone un duelo a cara de perro y sin concesiones, a excepción de errores de bulto, luego los pequeños detalles se magnificarán exponencialmente. Por eso considero que antes de saltar al campo, el objetivo del técnico albiazul Luis García Plaza no será otro que impregnar a sus jugadores de las principales señas de identidad que le han hecho merecer esta final.
No se trata de efectos especiales ni experimentos, máxime con la plenitud física de la plantilla, sino de competir como un verdadero bloque ante las imponentes individualidades del rival. Es verdad que hasta ahora el plantel canario ha metido algún gol más que el nuestro y recibido alguno menos, pero también que ni ellos en casa han sido de los mejores ni nosotros a domicilio. Tampoco considero que haya que esperar hasta los últimos veinte minutos para dinamitar la partida en caso de que persista la igualada en el marcador. O por lo menos no contemporizar hasta entonces, sino buscar las cosquillas al contrario, lo que no es lo mismo que lanzarse a tumba abierta desde el inicio. Ni una cosa ni la otra. Para eso está el término medio y sin victimismos si finalmente tenemos que jugar los tortuosos 'play off' por el ascenso. Puestos a elegir y si finalmente se impone la calidad local y hay que llegar a 'los pares y el juego', prefiero, por este orden y con el factor campo como ventaja, rendir cuentas primero ante el Albacete, luego con el Eibar y frente al Levante al final. Lo indican también su número de goles a favor y en contra y los 'averages particular', por lo que creo que nos favorecen escuadras que defiendan peor que nosotros.
La retaguardia es uno de nuestros puntos fuertes, pero ante Las Palmas debemos andar lo más fino posible con el balón en los pies y segundas jugadas. Y no sólo a balón parado, sino en el arte del contragolpe, con transiciones rápidas y venerando el último pase a fn de acabar las jugadas. También habrá diferentes fases en cada mitad del partido y momentos para presionar la salida del balón del oponente en campo contrario y así jugar con la ansiedad en su terreno. Pero también podrá haber situaciones donde se replieguen un poco, nos den la pelota y debamos construir sin prisa, pero sobre todo sin perderla fácil, también para hacerles correr y cansarse.
Y donde más considero que podemos competirles es con nuestra fuerza mental y capacidad de concentración y esfuerzo, tan características de los conjuntos norteños. Porque, muy a su pesar, siguen existiendo en Las Palmas algunas reminiscencias del pasado, por aquello de que al futbolista canario se le considera más virtuoso técnica que físicamente cuando en realidad son jugadas de una mala cabeza. En este sentido, cada duelo individual y cada centímetro del campo ganado serán reflejo del fragor de una última batalla y el fin de la guerra para uno de los dos equipos.
Dejo para el final tanto el corazón como la ilusión, a los que habrá que resguardar para que broten cuando más falta haga en el encuentro. Es decir y para acabar, se necesitará suerte y justicia para lograr el objetivo, pero sobre todo el camino será ser fiel a los principios de uno mismo.
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