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El Deportivo Alavés vivió el viernes ante el Athletic una situación demasiado familiar. Los albiazules apenas inquietaron a Unai Simón. El guardameta internacional vitoriano no se vio obligado a hacer ninguna intervención de mérito y su papel se redujo a sofocar tímidos disparos y algunos ... centros al área que no encontraron rematador. Nada más. El Alavés volvió a quedarse muy corto en ataque, uno de sus grandes problemas en el arranque del campeonato. Con tanto sufrimiento para generar ocasiones de peligro, remontar una desventaja se ha convertido en misión imposible: no lo ha hecho ninguna vez esta temporada. Es, por el momento, un equipo inofensivo.
Aunque ha logrado frenar la sangría en defensa de las primeras jornadas -ha encajado dos goles en los últimos tres encuentros-, no consigue rentabilizarla con una mejoría cara a la portería rival. En seis partidos, el Alavés solo ha anotado en dos ocasiones. Marcó Joselu frente al Real Madrid en la primera jornada y lo hizo Laguardia en la victoria frente al Atlético. Ahí termina la producción ofensiva de un equipo que aún no ha logrado marcar un gol en jugada. El delantero lo hizo de penalti y el central culminó de cabeza un córner. La suya es una situación inédita en las grandes ligas europeas -España, Italia, Inglaterra, Francia y Alemania-. Incluso sus dos acompañantes en la zona de descenso, el Getafe y el Granada -ambos juegan hoy-, han anotado de jugada. Mismo registro que alcanzan el Burnley y el Norwich, que ayer empataron a cero. El segundo sumó su primer punto de la temporada y es el segundo peor equipo de las cinco grandes ligas -junto al Furth alemán- tras el Getafe, todavía sin puntuar. Además de ellos, tampoco ha ganado el Cagliari italiano, colista de la Serie A.
El dato ejemplifica el evidente problema albiazul en campo contrario. Porque el Alavés ha sufrido mucho para asentarse en los dominios rivales con varios jugadores y situaciones prometedoras de ataque. Le volvió a pasar en San Mamés, cuando optó por un bloque muy replegado que apenas le permitía situar piezas en el campo enemigo. En los pocos momentos en los que le llegaba un balón a Sylla, el futbolista más adelantado, casi no encontraba apoyos, que no conseguían aparecer desde la línea defensiva. Así, regresaba rápido a su campo en los pies del rival. Un bucle del que no consiguió salir a lo largo del partido, tampoco con la entrada de Joselu tras el descanso. El gallego destaca por sus dotes en el juego de espaldas, pero también ha padecido en los últimos meses la soledad del esforzado punta albiazul, más centrado en presionar al rival que en buscar situaciones de remate. La elevada línea defensiva del Athletic terminó de cortocircuitar el precario juego ofensivo vitoriano.
Athletic 1 - Alavés 0
Iñigo Miñón
igor aizpuru
El problema no es tanto la baja precisión como la falta de llegadas. Los albiazules son el quinto equipo de la Liga que menos dispara por partido. Promedia 9,7 intentos, tres de ellos entre los tres palos. Unos datos que le sitúan, de nuevo, en la zona baja de la competición y que le obligan a una tasa de conversión altísima si aspira a marcar. Sumado a las concesiones atrás -volvió a ser demasiado laxo en las marcas en la jugada que terminó con el gol de Raúl García-, las cuentas solo pueden arrojar un balance negativo: dos goles a favor y doce en contra. De nuevo en el contexto europeo, solo dos equipos tienen una diferencia peor: el propio Norwich (-14) y el Furth (-14). Ambos, además de recién ascendidos, son colistas de sus respectivas ligas.
Poca pólvora
Ninguno de los planteamientos tácticos ha logrado acercar al Alavés al gol. Tampoco el dibujo de cinco defensas por el que Calleja ha optado en los cinco últimos partidos. La presencia de más zagueros puede sugerir un perfil defensivo y poco dado al balón, pero es también una estructura propicia para una salida más limpia. Con este dibujo, la superioridad en la primera línea -defensa contra delantera rival- es evidente y también es relevante el papel de las potenciales ayudan que puedan llegar desde los dos carrileros. Pero los albiazules tampoco han encontrado una mayor claridad con la pelota. Toni Moya volvió a dejar sensaciones positivas cuando pudo coger el balón, pero no encontró ni continuidad ni apoyos para alargar las posesiones.
Ante esa falta de balones claros, los delanteros viven una evidente sequía. Solo Joselu ha acertado, aunque de penalti en la primera jornada (1-4 del Real Madrid). El gallego, revulsivo en los dos últimos partidos, lleva más de 400 minutos sin ver portería, seis encuentros. Su racha más larga en Vitoria se eleva hasta los ocho. Todavía no han marcado ninguno de los otros tres, que han alternado titularidades y suplencias. Sylla y Miguel de la Fuente volvieron a compartir punta de ataque en San Mamés, si bien el segundo actuó de nuevo pegado a una banda y con una notable carga defensiva. Tampoco Guidetti, que jugó media hora en Bilbao, ha rematado a la red. No lo hace desde abril, su único gol como albiazul en liga en dos años.
No existen precedentes en la reciente etapa vitoriana en Primera de unos números tan bajos. En ninguna de las últimas cinco temporadas el Alavés ha marcado menos en siete jornadas que en la actual. Su mínima estaba en los cuatro de la 2019-20 y el récord en los diez de un año antes. Tampoco hay precedentes en la falta de goles de jugada. Mientras en dos años el primero lo anotó en el estreno, su año más tardío fue el 2017-2018, cuando lo transformó en la sexta fecha.
El Alavés deberá parar de nuevo. Obligaciones de una primera mitad del calendario plagada de compromisos internacionales. El parón le servirá para recuperar poco a poco a los lesionados. Pere Pons ya entrena con el grupo y Calleja explicó el jueves que espera que Lejeune y Édgar lo hagan la semana que viene. Aunque se integrarán poco a poco y su presencia en los próximos duelos todavía es una incógnita. Antes de recuperar el camino liguero el lunes 18 contra el Betis en Mendizorroza, los albiazules jugarán un amistoso el viernes que viene ante Osasuna (Tajonar, 11 horas). Servirá para que el técnico siga ajustando las piezas y para que los albiazules recuperen el colmillo. Ya valió para eso el particular último amistoso. Entonces se midieron al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Si bien el duelo terminó con 1-0 a favor de los locales, en una peculiar prórroga el Alavés le dio la vuelta con goles de Loum y de Guidetti, este último de penalti.
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