La plantilla albiazul recoge maletas y mochilas del autobús a su llegada al Parador de Argómaniz.
Deportivo Alavés

Concentración albiazul en Argómaniz

La plantilla se concentra desde ayer en el parador de la localidad alavesa con el objetivo de fomentar la química dentro del grupo

O. JIMÉNEZ

Lunes, 25 de julio 2016, 23:38

Una semana de concentración a pocos kilómetros de Vitoria, en el Parador de Argómaniz, es lo que le espera a la plantilla del Deportivo Alavés mientras se sigue sucediendo el goteo de fichajes para cerrar definitivamente el primer equipo. Con ocho caras nuevas, entre ellos ... jugadores que no conocen la liga española y tienen mínimos datos sobre la entidad albiazul, la idea de hacer grupo es algo fundamental para el cuerpo técnico. «Con tantas nuevas incorporaciones, esta semana nos ayudará a conocernos un poco más», explica el director deportivo, Sergio Fernández. «Nos habría gustado que hubiera llegado un número mayor. Una vez que se van a intensificar las sesiones de trabajo, queremos buscar comunión y conocimiento, minimizando los riesgos de la fatiga y cargas de trabajo. Entendemos que es lo mejor para la cohesión del grupo y para tener un mayor control sobre los descansos y la alimentación. Son aspectos que pasan en ciertos momentos desapercibidos, pero que entendemos que son importantes».

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Las 24 horas del día dan para mucho. Además de entrenar y descansar, no faltaran técnicas de coaching y trabajo grupal con el fin de completar ese trabajo de optimización de todos los recursos futbolísticos y psicológicos. Para los recién llegados, la premisa es que «entren en dinámica de grupo lo antes posible y que se empiecen a impregnar de lo que significa defender este escudo y representar a una institución como es el Alavés».

El papel de Manu y Toquero

En ese aspecto, jugadores con galones como los vitorianos Manu García y Gaizka Toquero tendrán un peso específico. «Son futbolistas tremendamente competitivos e implicados en los proyectos y sé que van a estar a la altura porque va innato en ellos. Son ese tipo de elementos a los que no hay que recordarles nada porque, de por sí, tienen esa capacidad para arrastrar a un grupo y liderarlo y no hay mejores anfitriones que ellos», concluye Fernández. La última incorporación, el serbio Nenad Krsticic, también convive desde ayer con sus nuevos compañeros.

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