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Lunes, 30 de mayo 2016, 10:04
Un día es un día. Esto debieron pensar ayer los jugadores y los aficionados del Alavés, que dedicaron la noche del domingo a disfrutar del éxito conseguido, el regreso a la Primera División del fútbol español diez años después de su última participación. Vitoria tendrá ... fútbol de primera y la ocasión lo valía.
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La plantilla estaba invitada a una cena ligera de celebración en el museo del Alavés, en el mismo estadio de Mendizorroza, donde los jugadores, el cuerpo técnico y sus familias tuvieron un rato de respiro tras la tensión del partido y el éxtasis de la celebración sobre el campo.
Después, los jugadores se desplazaron a una discoteca de la capital para continuar la fiesta, acompañados de algunos aficionados. En la sala VIP de un local céntrico tuvieron un rato de relax y de buen ambiente tras el éxito deportivo. El técnico, José Bordalás, se retiró pronto a casa, a su domicilio en pleno centro peatonal. Pero los hinchas más aguerridos querían mostrarle una vez más su devoción. Cantaron bajo su ventana y le hicieron salir a la calle, donde le mostraron de nuevo sus respetos y admiración.
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