Un penalti más que dudoso y dos expulsiones

Sin embargo, tras el descanso llegaron los vaivenes y la tortura para el Alavés y el alavesismo. La rigurosa expulsión de Laguardia, en el minuto 46, tras ver su segunda amonestación en la jugada del dudosísimo penalti sobre Córdoba, complicó la segunda parte a la defensa alavesista. Peor hubiera sido que el meta Pacheco no hubiera detenido la pena máxima, pero el extremeño detuvo el lanzamiento y postergó unos minutos la reacción local, ya que el tanto Gil 1-2, llegó en el minuto 53.

Con la ventaja de un gol y a pesar de jugar con un hombre menos el Alavés ya saboreaba la posibilidad de ascender el domingo en Mendizorroza. La sensación de fiesta se vivía ya en una gradas pobladas de cerca de dos mil albiazules. Sin embargo, un nuevo penalti, en el minuto 66, dio un vuelvo al partido y al corazón de muchos aficionados. Este, al menos en apariencia, fue más justo que el primero.

No se arrugó el Alavés y con el 2-2 (minuto 66) buscó con ahínco la victoria que le acercase a Primera y lo consiguió el vitoriano Manu García en el minuto 70. Aunque la afición y el equipo todavía tuvieron que sufrir 20 minutos más y una nueva expulsión, la de Dani Pacheco, en el 88, por una dura entrada a un rival. Con nueve jugadores y dos penaltis en contra, el Alavés sacó la rabia y ganó. Las victorias sufridas tienen otro sabor.