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Iñigo Miñón
Viernes, 29 de abril 2016, 23:15
Siete jornadas para un ascenso. «Hemos trabajado mucho, pero queda lo más duro del camino y ahora es cuando tenemos que dar el máximo», subraya José Bordalás. El sprint final. Y sin el margen de seguridad al que se había acostumbrado el Deportivo Alavés en ... los partidos anteriores. Si se da una combinación de negativa de resultados -derrota albiazul en Mallorca y victoria del Zaragoza en Ponferrada-, el conjunto vitoriano caerá de las posiciones de ascenso directo. «Ya hemos estado en esa situación, cuando fuimos a Córdoba habíamos perdido momentáneamente la segunda posición. El equipo solo piensa en el encuentro, no en la clasificación, siempre vamos partido a partido», precisa el técnico.
Un partido, el de esta tarde en el Iberostar Estadi (20.15 horas), de mucho «desgaste físico y psicológico». Como todos a estas alturas. En el primer apartado, el Alavés ya ha dejado atrás las dudas que pudieron surgir en los meses de febrero y marzo. Lleva dos semanas sin ganar -Girona (1-0) y Elche (0-0)-, pero el principal hándicap ha sido la falta de claridad en el área rival. «El equipo está bien, estamos haciendo las cosas bien, somos conscientes de que nos falta ese acierto que hay que tener», apunta Bordalás.
Un aspecto en el que «más que trabajar hay que insistir». También tiene su parte táctica: «ser un poco más verticales y llegar rápidos a zonas de área contraria, no demorarnos tanto en jugar hacia atrás». Matices, más que cambios. Una evolución de la misma idea, «manteniendo siempre nuestras señas de identidad, que sabemos cuáles son». Es decir, que nadie espere una revolución táctica en Mallorca en busca de ese gol que se está resistiendo en las últimas jornadas.
Pocos cambios
A priori, el entrenador albiazul mantendrá la misma configuración táctica de los últimos partidos a domicilio, que también utilizó en Mendizorroza ante el Elche, con tres jugadores en el centro del campo -Sergio Mora, Bernardello y Manu García- y tres atacantes. Ahí, la recuperación de Carpio puede devolver a Kiko Femenía a su posición natural de extremo derecho, en detrimento quizás de Dani Pacheco, aunque el malagueño también tendría opciones de entrar, sobre todo si el técnico apuesta por el 4-2-3-1, el dibujo más habitual a lo largo de la temporada.
«Lo hemos hecho, hemos apostado muchas veces por jugadores más ofensivos, pero eso no te garantiza más ocasiones. Muchas veces parece que vaya relacionado, más jugadores de ataque y más ocasiones de gol, un equipo más valiente, pero ser más valiente no te garantiza la victoria», explica José Bordalás, que únicamente tiene la baja de Einar por lesión.
En la otra vertiente, el apartado psicológico, también ve preparado al vestuario. «Ahora se habla mucho de la presión, del factor anímico. Nosotros somos los mismos, debemos intentar aislarnos de esa corriente. La gente te dice que esto está hecho, que falta poquito... Todos tienen mucho optimismo, pero no hemos conseguido nada. Es humano que venga a la mente una posible celebración, la euforia de la gente, su ilusión... Eso muchas veces juega una mala pasada. Y el grupo lo tiene muy claro, no nos debe desviar la atención a nadie, porque el equipo no ha conseguido nada. Hemos estado veinte jornadas en ascenso directo, pero eso no nos garantiza conseguir el objetivo final».
Un rival necesitado
En estos momentos de tensión deportiva, Bordalás confía en que van a «ser un grupo muy compacto y solidario». Y presión tienen todos. Que se lo digan a un Mallorca pensado para cotas mayores, «que se reforzó muchísimo en el mercado invernal en el plano ofensivo», que ahora lucha por la salvación, con un solo punto de ventaja sobre el descenso.
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