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Iñigo Miñón
Domingo, 6 de marzo 2016, 01:08
La Segunda División tiene tres fronteras: una entre el segundo y tercer puestos, la que delimita el ascenso directo y el 'play off'; otra entre el sexto y el séptimo, la que diferencia la promoción y la tierra media; y la última, la más peligrosa, la del descenso, a partir de la decimonovena plaza. Y Mendizorroza asiste este mediodía a una importante disputa territorial en la zona noble (12.00 horas): el Deportivo Alavés, segundo clasificado, defiende su privilegiada parcela en la categoría de plata; y el Real Zaragoza, séptimo en la tabla, quiere cruzar la segunda línea y ratificar sus aspiraciones.
Un duelo capital. Para marcar territorio. Y para evitar el estrechamiento de esas fronteras. El conjunto vitoriano tiene siete puntos de ventaja sobre el maño, que se acerca peligrosamente al grupo de cabeza tras protagonizar una gran reacción en las últimas jornadas. Ha sumado diez puntos de los últimos doce tres victorias y un empate, números que le convierten en el equipo en mejor forma de la categoría. Un duro examen para un equipo vitoriano mermado por las bajas.
Todos los equipos las tienen, es una parte inevitable de la competición, pero el destino ha querido que las albiazules se centren en el núcleo duro del once básico de Bordalás. No están Carpio, Pelegrín y Sergio Mora el primero por lesión, los otros dos por sanción, tres jugadores indiscutibles para el técnico alicantino, que superan los 2.150 minutos ligueros. A priori, les suplirán Estrada, Einar Galilea y posiblemente Bernardello. Los dos primeros ya actuaron en Leganés; el tercero, fichado en invierno, aún no se ha estrenado como titular y su bagaje albiazul se reduce a los doce minutos que tuvo en Anduva.
Llamó la atención su ausencia en la convocatoria en el partido de Leganés, lo que genera cierta incertidumbre sobre el relevo de Sergio Mora, abriendo la puerta a otras opciones como Jagoba Beobide o Sergio Llamas, en función del perfil que Bordalás le quiera dar al equipo, con más opciones para el guipuzcoano. Pero, a priori, el argentino fue contratado en el mes de enero para cubrir las posibles ausencias de los dos titulares habituales en el centro del campo.
El misterio de Barreiro
Está, además, la duda de Gaizka Toquero. Ayer entrenó y tiene opciones de jugar el técnico albiazul dijo el viernes que confía en ello, pero no está al cien por cien y la incógnita sobre su presencia en el duelo, de inicio o en el banquillo, no se disipará hasta una hora antes del partido. No está descartado, ni mucho menos, pero tampoco está confirmado. Una duda trascendental, ya que el delantero vitoriano es la pieza que, con su presión constante, marca el estilo intenso que persigue el cuadro babazorro.
La principal alternativa, aunque se cayera de la lista en Leganés, es Manu Barreiro. Menos trabajo, más gol. Aunque la figura del ariete gallego está envuelta durante toda la temporada en un halo de misterio que le sitúa en un contexto extraño. Es posiblemente el jugador con mayor olfato realizador y capacidad rematadora de la plantilla, pero no está gozando de continuidad y la semana pasada llamó mucho la atención que fuera el último descarte técnico de Bordalás, que apostó para el banquillo por un prácticamente inédito David Torres.
En el resto del equipo no se espera variaciones sobre la alineación más habitual. A priori volverá Dani Pacheco a la banda izquierda, después de su suplencia en Butarque, aunque el estado del terreno de juego podría conceder también alguna posibilidad a Iñaki, que ya actuó en Miranda por delante de Raúl García.
Al rival le preocupa el césped
Bordalás no concedió especial importancia a esta circunstancia, a pesar de que el parte meteorológico anunciaba lluvias y posibilidad de nieve durante la madrugada. Sí que están muy pendientes en Zaragoza. De hecho, el estado del césped puede condicionar la alineación de Carreras, que duda entre la calidad técnica de Lanzarote o la potencia de Hinestroza para la banda derecha de su ataque en función de cómo ruede la pelota en Mendizorroza.
El exalbiazul es uno de los fichajes invernales que han cambiado por completo la cara de este Zaragoza. La mayoría son titulares: Guitián y Campins en defensa, Culio y Ros en el centro y Lanza en ataque. Y en el banquillo espera Dongou.
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