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Iñigo Miñón
Miércoles, 2 de septiembre 2015, 00:39
El mercado se cerró sin fichajes en Mendizorroza. Se esperaban, pero no llegaron. El deseado centrocampista Lolo Reyes (Betis) terminó cedido en el Almería por una mera cuestión económica el club andaluz se hacía cargo de un mayor porcentaje de su ficha de lo que ... estaba dispuesto a aceptar el vitoriano y el joven mediopunta David Concha (Real Sociedad) acabó en el Numancia, también a préstamo, donde la figura de Jagoba Arrasate resultó clave en la elección de la entidad donostiarra. Sí hubo salidas: el Deportivo Alavés alcanzó un acuerdo al límite del cierre para la cesión de Dani Iglesias al Guadalajara, de Segunda B, y ayer al mediodía anunció la buscada rescisión de contrato del guardameta Iñaki Goitia, que no entraba en los planes del cuerpo técnico.
El resultado de esta ecuación es una plantilla solvente pero corta, de solo veinte jugadores (ocho que siguen del pasado ejercicio y doce incorporaciones), 18 fichas profesionales y las dos del filial que aportan los canteranos Einar Galilea y Sergio Llamas. Escaso fondo de armario, a tenor de las palabras del director deportivo, Javier Zubillaga, que al inicio de la pretemporada anunció su intención de confeccionar un plantel de 22 ó 23 piezas. Y de acuerdo también a lo proclamado en los últimos días por el entrenador, José Bordalás, que en el último bolo veraniego expresó su deseo de sumar «tres futbolistas importantes» al equipo de cara a una larga temporada. El mismo domingo, tras ganar al Oviedo, el propio técnico alicantino adelantó su absoluta confianza de tener, al menos, un mediocentro antes del cierre del mercado.
Es una de las piezas que se echan en falta en el puzzle albiazul que comienza la Liga. Fundamentalmente, un jugador para el eje del equipo y otro para cubrir a Raúl García en el lateral izquierdo. La matemática dice que con veinte futbolistas no se pueden doblar posiciones, que siempre es el objetivo inicial de cualquier entrenador. A partir de ahí, las interpretaciones y las opiniones. La parte positiva es que los teóricos suplentes suman más minutos, ya que en este escenario toca tirar de polivalencia e improvisar parches que puedan cubrir eventuales bajas en esos puestos más delicados.
Lateral y mediocentro
En defensa es el carril izquierdo el único que cojea. Con dos laterales diestros (Carpio y Estrada) y cuatro centrales (Laguardia, Pelegrín, Borda y Einar), solo hay un lateral zurdo específico, Raúl García. Bordalás, eso sí, ya tiene preparadas posibles soluciones, ya que la lesión del gallego en pretemporada le obligó a probar alternativas, como utilizar a Carpio a pierna cambiada o escorar a Einar a una posición que ya conoce de las categorías inferiores. En el filial, además, está Pablo Carbonell, llegado este verano del Alcoyano, con experiencia en Segunda B y que dejó buenas sensaciones en los amistosos que disputó.
Siempre queda, además, la opción de reubicar ahí a Manu García, que ya jugó como lateral en el Alavés en Segunda B y en el tramo inicial de la primera temporada en Segunda, pero el capitán ha encontrado su sitio en el centro del campo y esa variante supondría tapar un hueco abriendo otro. En la otra zona, además, que más reclamaba un refuerzo, el eje del medio.
Bordalás apuesta ahí por la dupla que forman Manu y Sergio Mora, con Beobide y Sergio Llamas cubriéndoles las espaldas. A priori, porque el cuerpo técnico ve al canterano en posiciones más adelantadas, en la mediapunta. Entiende que quizás le falte trabajo para tapar esa zona en un estilo de juego que exige mucho desgaste, hasta el punto de que el sábado, ante el Oviedo, pasó a Carpio de lateral derecho a mediocentro cuando Mora se retiró lesionado. Es ahí donde entraba en juego Lolo Reyes, aunque su perfil se ajustaba más al de pivote defensivo que al de organizador que desempeña el madrileño, que en el segundo encuentro liguero acusó la intensidad del juego albiazul en forma de sobrecarga.
Era el fichaje deseado por Bordalás. David Concha se antojaba más un complemento que una necesidad, puesto que arriba existen alternativas. De hecho, Dani Pacheco, uno de los refuerzos más importantes, ha comenzado los dos partidos en el banquillo, igual que Manu Barreiro, pieza clave en el ataque la temporada pasada. La movilidad de Juli, la posibilidad de alternar las dos bandas del jugador cedido por el Betis, la opción de adelantar a Dani Estrada en la derecha y la variante táctica de jugar con dos delanteros o con un mediopunta dotan al técnico de diferentes vías ofensivas.
La opción del jugador en paro
La duda radica en la alta intensidad física que exige Bordalás a sus jugadores para desarrollar la presión y un fútbol que busca robar en posiciones adelantadas y llegar rápido al área rival. Sea como fuere el Alavés tendrá que tirar con lo que tiene hasta la apertura del mercado invernal, del 4 al 29 de enero, para el que faltan 16 jornadas más los partidos que pueda deparar la Copa. A día de hoy, tiene a todos sus jugadores a su disposición Mora y Fernando Pacheco se ejercitaron el lunes al margen por leves molestias.
También está la opción de reclutar futbolistas en paro, en virtud del artículo 124.2 del Reglamento General de la Federación Española, que permite la inscripción de jugadores sin equipo fuera de los plazos marcados. Conlleva riesgo, puesto que se deberían adaptar al sistema del equipo y poner a punto físicamente después de un verano sin pretemporada colectiva. Tampoco el mercado ofrece en este stand una amplia gama de futbolistas de garantías, pero es la única vía que le queda al club vitoriano para apuntalar su plantilla hasta la apertura de la próxima ventana de contratación.
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