Un ensayo para levantar cabeza

Las ganas por ver a un equipo fuerte y poderoso, con miras a la zona alta de la Segunda División, no se corresponden con la realidad de un grupo con varias maratones en sus piernas. José Bordalás ha diseñado una pretemporada que apunta al mes de junio de 2016. Resulta imposible que con tal volumen de trabajo el colectivo albiazul pueda manejarse con un mínimo de chispa en el césped. Puede resultar chocante, pero tiene su lógica que a estas alturas el Alavés pueda ser tratado de tú a tú por un equipo de un escalón inferior.

En el fútbol conviven, sin embargo, sensaciones y sentimientos con puntos y clasificaciones. No es bueno que un colectivo se sienta inferior, aunque tenga todas las justificaciones del mundo. Este deporte está lleno de casos en los que un ambiente de melancolía e impotencia se intala en el vestuario y no se despeja ni con la llegada del archiconocido revulsivo. Conviene airear pronto esos malos espíritus. Y es probable que, aunque solo sea desde un punto de vista psicológico o moral, el Alavés reaccione esta tarde frente a uno de los presumibles gallitos de la Segunda B. No tanto que haga un fútbol preciso y preciosista, pero sí que eleve sus prestaciones respecto al anterior ensayo de Tudela, donde el conjunto navarro le dio un bofetón en toda regla, un toque de atención importante.

Más allá de las ganas de la plantilla albiazul por apagar cualquier conato de incencio, existen hechos que soplan a su favor. Uno de ellos es la paulatina incorporación al grupo de piezas importantes. El miércoles gozó de sus primeros minutos de juego Raúl García, llamado a ser el rey del lateral izquierdo y uno de los jugadores clave de la temporada. También Juli, un elemento que aporta cohesión al grupo, se halla en un proceso de reincorporación. Y hoy puede debutar en esta estación estival Manu Barreiro.

Balances provisionales

El presumible reencuentro del gallego con el césped no será largo; más bien una toma de contacto, unos minutos con los que empezar a sentir a los compañeros en algo parecido a la competición. Pero servirá para comprobar que el equipo toma una forma cercana a su debut en Huesca, en el primer partido oficial de la temporada 2015-16. Con Barreiro, Bordalás tendrá a todas sus piezas para manejar el sistema que él quiere (4-4-2). Sin entrar en más profundidades, lo anterior abunda en la idea de que hasta ahora -y ni siquiera mañana- no se puede realizar un balance cerrado ni sentencias demasiado sólidas sobre lo que es este equipo. Los bocetos valen solo como lo que son.

En realidad, al Alavés le ha faltado lo que sufren todos los equipos del mundo a estas alturas, creación y gol. En los seis amistosos disputados hasta el momento, la formación de Mendizorroza ha transformado cinco goles; dos de Toquero, más los tantos de Guichón, Juli y David Torres. La media no llega ni a uno por partido, la misma que los tantos encajados (5). La pesadez de las piernas parece haber afectado a los jugadores de Bordalás incluso en los penaltis. En las dos rondas de desempate lanzadas ante UD Logroñés y Mirandés, el Alavés perdió los envites.