Contratos más flexibles

La directiva albiazul, por unas u otras causas, ha establecido una política de contrataciones más flexible en esta campaña de fichajes. La pasada, por ejemplo, solo Raúl García y Manu García, que habían firmado un contrato por dos temporadas, tenían asegurada su continuidad en el equipo, al margen de los canteranos Einar Galilea y Sergio Llamas. Los demás que continúan lo consiguieron a través de cláusulas de renovación por partidos jugados -Goitia, Toti, Juli y Manu Barreiro- o después de negociaciones posteriores, como los casos de Jagoba Beobide y Laguardia.

Apuestas

Ahora, el Alavés ha realizado una apuesta de futuro con el delantero Dani Iglesias, que procede del Deportivo de La Coruña, y en realidad también con el guardameta Fernando Pacheco, que a sus 23 años tiene mucho potencial, pero todavía pendiente de demostrar su valía en el fútbol profesional. Casos diferentes han sido los de Laguardia y Toquero. El primero quería inicialmente firmar un contrato por una campaña, pero el club se esforzó para añadir dos más a un jugador con el que supone que podría hacer caja si mantiene su progresión. Para el delantero vitoriano, en cambio, firmar por dos ejercicios era el mínimo a sus 31 años y el Alavés aceptó la propuesta.

En principio, el resto de las contrataciones veraniegas han fichado por un año, según las sucesivas notas oficiales realizadas por el club de Mendizorroza. No obstante, Kiko Femenía aseguró en su presentación en Ibaia que su vínculo con el equipo albiazul era de «dos» temporadas. La entidad albiazul se apresuró después a precisar que se trataba de un contrato de un año con opción a otro en función de determinadas cláusulas. Una situación en la que se encuentran buena parte de los fichajes de esta campaña.

No parece casualidad, en todo caso, que sea una pura coincidencia la llegada al banquillo de Mendizorroza José Bordalás, un entrenador con criterios propios al revés que otros técnicos, más plegados a las directrices del club para el que trabajan.